Al buscar su perfección los perjudicamos

Al buscar su perfección los perjudicamos

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    21 abril 2012     1 minuto

Muchas veces no es bueno que los niños sean perfeccionistas.

En ocasiones los padres cometen el error de querer tener niños cercanos a la perfección, esto puede llegar a ser muy perjudicial, aumentando el riesgo de los desordenes obsesivos compulsivos.

Lamentablemente el perfeccionismo puede ser un rasgo de los niños, esto puede generarles pensamientos cercanos a la irracionalidad, el absolutismo y a la rigidez. Esto puede ser consecuencia de los objetivos elevados que ponen los padres, lo que en ocasiones puede provocar frustración, sentimientos de culpa y elevados fracasos. Los niños sobreexigidos terminan teniendo problemas de autoestima y una gran necesidad de sentirse queridos.

Existen algunos rasgos que se hacen presentes en los niños perfeccionistas, entre ellos son: ansiedad con temas relacionados a la escuela (horarios, orden en sus materiales, tareas), excesiva seriedad, corrección muy elevada hacia otras personas, enfado frecuente y sin motivo real, no aceptan que otras personas no tengan otros gustos.

La exigencia en ocasiones es positiva, pero en otros casos puede jugarnos en contra. Con esto nos referimos a que en algunos casos buscar la perfección es positivo ya que no se proponen metas elevadas y razonables, lo perfeccionistas insanos, por el contrario, se frustran o se ponen nerviosos cuando no alcanzan las expectativas.

Quienes tienen un perfeccionamiento insano se distinguen por:

  • Su ira
  • Su inseguridad
  • Cuadros de ansiedad
  • Se sienten mal ante la opinión de los otros
  • Continúa preocupación
  • Gran autocrítica

Si como padres vemos algunos de estos síntomas es aconsejable tomar medidas al respecto, una de las opciones es trasmitirles la idea de que no es necesaria tanta autoexigencia, que si existe algo que no pueden hacer no tiene nada de malo.

Vía | 20minutos
Foto | Flickr – Loreta Hur