Consejos para vestir a los niños para una boda

Consejos para vestir a los niños para una boda

Escrito por: Sacra    17 septiembre 2015     2 minutos

Cuando llega una invitación de boda a casa se abren muchos frentes a la vez. A no ser que se trate de alguien especialmente cercano o que estemos implicados de lleno, son tantas las interrogantes que se nos agolpan que si no lo controlamos somos capaces de caer en un tremendo agotamiento mental. Uno de ellos es la vestimenta que vamos a lucir.

Pero si para nosotros puede resultar más o menos complicado, cuando tenemos niños entonces esa preocupación se multiplica. ¿Debemos sacrificar la comodidad a la elegancia? ¿tenemos que tenerlos, casi amarrados, para evitar que les caiga ni la más leve mota de salsa? ¿deben asemejarse más a los muñequitos de la tarta que a dos niños revoltosos? Veamos qué podemos hacer.

En el caso de que los niños sean los encargados de llevar las arras, entonces serán los novios los que elijan el look más adecuado para ellos. Algo formal y muy parecido al de los contrayentes. Si la boda es de etiqueta o de gala, también tendremos que optar por llevarles algo más arreglados de lo normal, especialmente el niño con traje de chaqueta. Pero si no tenemos limitaciones, lo mejor es que vayan cómodos aunque con un toque un tanto más formal.

Si optamos por vestido para las niñas, es preferible que no sea totalmente largo, como mucho por debajo de la rodilla. Esto le permite mayor libertad de movimientos. Evita, también, que vayan muy ajustados ya que esto les oprime a la hora de moverse y te protestarán a todo momento. De igual modo que si los recargas con demasiados complementos: sombreros, lazos, pajaritas, corbatas… durarán lo que tarden en dar dos saltos o encontrar a otros niños con los que jugar.

Y, por último y no menos importante, no olvides los zapatos, a veces escogerlos muy sofisticados o demasiado elegantes pueden acarrearle muchas molestias y, por consiguiente, aguarnos la fiesta. Si para la ropa se necesita comodidad, para el calzado mucho más.

Foto | Hacienda Nadales


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