Cosas a tener en cuenta para elegir bien el calzado de verano

Cosas a tener en cuenta para elegir bien el calzado de verano

Escrito por: Macarena   @Macarenagonzal    17 abril 2015     2 minutos

Los pies del niño son una zona del cuerpo muy delicada que se debe cuidar y proteger, por eso - y como las temperaturas en verano aumentan - ofrecemos consejos para una buena elección en la compra de los zapatos que les pondremos con el buen tiempo

Cuando sea el momento de comprar calzado infantil para el verano, a nuestros hijos les habrá crecido el pie desde las últimas botas o deportivas que adquirimos. Eso es lo primero a tener en cuenta para no equivocarnos, pero hay más. Los pies: una parte del cuerpo que nos posibilita el desplazamiento, y a cambio ¿qué obtiene?, bien poco ¿verdad?, que menos entonces que nos preocupemos de encontrar un buen calzado confortable y adecuado para las necesidades de los niños.

Parece que a partir de los siete años, los parámetros a tener en cuenta para escoger serán similares a los de un adulto, pues han madurado la forma de caminar. Antes de esa edad, debemos ser muy cuidadosos para no influenciar negativamente el desarrollo de los pies.

Calzado de forma ancha adaptable al pie, sin angulaciones (podrían causar deformaciones), plantillas planas para que no se eleve el puente, materiales naturales y transpirables, ligereza y flexibilidad – a excepción del contrafuerte en la zona del talón – y suelas de goma para que el zapato no resbale. Además de lo mencionado: en verano las sandalias atadas y sin elementos entre los dos primeros dedos.

A pesar de lo que os acabo de comentar, se admite alguna que otra excepción, como los zapatos de goma con los que caminan por el entorno de la piscina o entran a la ducha

En verano es mejor evitar el calzado cerrado, pero no es necesario si encontramos zapatillas de loneta ya que al estar fabricadas con tejido de algodón facilitan que el pie transpire, además van muy bien para salir al campo.

calzado infantil para el verano

Mirad si es importante escoger bien el calzado, que de no ser así corremos el riesgo de que el niño desarrolle enfermedades como eccemas debidos a la no transpirabilidad de materiales sintéticos, e incluso deformidades (dedos, uñeros). Las primeras a veces derivan en lesiones como tendinitis aquílea.

Ya os he contado que los peques suelen haber madurado la forma de caminar hacia los siete años; en cambio el crecimiento aún será exponencial hasta los 10, así que cada mes o cada dos meses, es conveniente revisar si se le ha quedado pequeño:

* Introducir sin esfuerzo el dedo índice entre el talón y el zapato, sobre todo al comprarlos (seguro que lo habéis visto hacer al dependiente de la tienda).
* Revisar los pies para ver si existen zonas enrojecidas por el roce.
* El dedo más largo (suele ser el primero) quedará a 1,5 centímetros de la punta.

Por último, os lo habrán dicho más de una vez, pero yo lo repito: nada de comprar un número de más para que así le dure más. El zapato, sandalia, zapatilla que viene grande puede ocasionar ampollas, y además afectar a la forma de caminar.

Vía | FAROS
Fotos | Flickr-Biscarotte, Flickr-Temari 09


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