¿Es efectiva la ‘silla de pensar’?

¿Es efectiva la ‘silla de pensar’?

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    22 febrero 2017     3 minutos

Si nuestros niños se portan mal solemos enviarlos a pensar a una silla destinada a tal fin, esta es una técnica conocida también como ‘time out’ o tiempo fuera, el objetivo del método es que el niño se aísle del entorno de manera momentánea y se detenga a pensar sobre determinada acción.

Es usual usarlo cuando el pequeño ha hecho algo que estaba mal o cuando está pasando por un cuadro de emociones fuertes. Así podrá reflexionar y ser consciente de lo que hizo. Una manera de vincular a la silla de pensar con un motivo especifico y tomar consciencia de que su comportamiento no ha sido el adecuado.

Si tomamos la silla para pensar unicamente como un castigo a largo plazo no será un método eficaz y generará que el pequeño se ponga aún más nervioso ya que sentirá que está siendo separado de los padres, una especie de sensación de abandono. La silla para pensar usada de la manera inadecuada no conseguirá un cambio duradero en los niños sino un cambio por un corto plazo.

El método es indicado para los niños de unos 5 años de edad, momento en que los pequeños ya tendrán la capacidad de reflexionar y controlar sus emociones. Si intentamos poner a pensar a un niño más pequeño seguramente no lograremos hacerlo, salvo que tenga la compañía de un adulto que lo ayude a calmarse, en niños pequeños aún no existe la maduración para el autocontrol.

Si tomamos la silla para pensar unicamente como un castigo a largo plazo no será un método eficaz.

Este técnica puede ser bastante polémica, para algunos es un excelente método mientras que para otras personas es cruel aislar a un niño ya que se sentirá abandonado y no favorecerá el diálogo entre la familia. Quienes están en contra consideran que lo único que se consigue con este método es incrementar la ansiedad y la tristeza.

Actualmente se ha comenzado a hablar acerca de una alternativa para la silla de pensar, cambiándole el nombre por ‘rincón para resolver conflictos’. Puede ser tomada como una manera más cariñosa y cercana para resolver los conflictos que se presentan en la vida de los niños.

Un punto diferente es que el niño ya no se sentará en un rincón, ocupando un mini espacio. La zona deberá ser más amplia como una habitación o una zona de una habitación Se podrá sentar en un lugar más cómodo, como una alfombra y junto a él se podrán sentar otras personas. En una primera instancia puede estar solo para reflexionar pero después se acercará un adulto para juntos llegar a las conclusiones y charlar acerca de lo que ha pasado.

De esta forma el niño no tendrá una sensación de abandono sino que podrá evaluar qué es lo que hizo mal. A lo largo de los días sentirá que este es un sitio para resolver conflictos y solucionar problemas.

El diálogo que se establezca tendrá que se comprensivo, esto será más beneficioso para su autoestima y generará un buen diálogo familiar.

Vía | Psicoayuda infantil
Foto | Pixabay – 21150


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