Halloween: no solo de golosinas viven las brujas

Halloween: no solo de golosinas viven las brujas

Escrito por: Macarena   @Macarenagonzal    25 octubre 2015     4 minutos

¿Sabes? según la tradición celta (origen de una festividad importada por los irlandeses a Estados Unidos), la noche de los muertos (Samhain) servía para abrir simbólicamente las puertas que separan el mundo de los muertos y el de los vivos; y estos últimos dejaban preparada afuera de las casa comida para los primeros. Es una explicación muy simplista para que se entienda que está bien mantener la esencia de la festividad, pero que sepamos que las golosinas que nuestros niños piden, no son más que un invento de la modernidad, aunque las cestas en forma de calabaza, también tienen una explicación que ahora me voy a ahorrar.

¿Qué vengo a decir con todo esto? Pues verás, en mi opinión, Halloween es divertido, aunque se ‘nos ha ido un poco de las manos’, especialmente en lo tocante al consumo de dulces y chucherías dulces. Son alimentos con nulo poder nutricional que pueden causar daños reales debido a la gran carga de azúcar y aditivos que contienen: pueden irritar la mucosa gástrica y provocar dolor de barriga o vómitos, e incluso diarrea, si se comen en exceso. Además son causa directa de sobrepeso y caries, si su consumo es excesivo e inadecuado.

La verdad es que las golosinas tienen muchos atractivos para los niños, pero no son en absoluto beneficiosas

Idealmente, al pedir dulces por las casas, o a los ‘muertos vivientes’ o brujas con los que nos cruzamos, deberíamos rechazar cualquier producto que aparente mal estado, o presente colores muy intensos (podrían estar adulterados), es mejor escoger aquellos que están envasados, para que se pueda comprobar el registro sanitario, fabricante, ingredientes y fecha de caducidad.

Golosinas Halloween2

Evitar ingesta abusiva de dulces

Es una buena idea dar de cenar a los niños antes que salgan a pasearse por las calles: prepárales algo que les guste para que después se sientan llenos y no tengan tantas ganas de dulce. Claro que, esto no siempre funciona, porque de todos es sabido que muchos peques son capaces de ‘guardar sitio’ en el estómago para el postre.

Es de sentido común que si el niño vuelve a casa con una bolsa llena de caramelos duros y blandos, regaliz, chicles, gominolas y demás, no le permitamos comerlo todo. Esto último tampoco es difícil si están habituados a prescindir de las golosinas, pues se les antojará demasiado; pero de todas formas, se pueden establecer algunas normas relativas al consumo ‘seguro’:

  • Revisar las ‘chuches’ para comprobar en que estado están. Tirar aquellas que presentan envoltorios de difícil identificación o abiertos; y las que parecen deterioradas (aplastadas, deshechas) o tienen mal aspecto. Revisar la fecha de caducidad de todas.
  • Decidir ‘cuántas se comen’ esa noche (no más de 5/6 y esto ya podría ser excesivo).
  • Guardar el resto y dejar claro que serán para alguna ocasión especial.
  • Hablar con los niños para que sepan que no es obligado comerlas todas, que su exceso es dañino para la salud, y que se pueden regalar a otros niños.
  • Dejar los productos con chocolate en la nevera (tabletas, grageas…), te puedes plantear usarlas para decorar algún bizcocho que tengas previsto hacer otro día.

Si no se incentiva, ni se prohibe, los niños pierden gradualmente el interés, y con el tiempo, muchas de las chucherías guardadas acaban en el cubo de la basura.

Golosinas Halloween

Las propuestas más saludables para regalar

No tienes por qué regalar golosinas a quienes llamen a tu casa, además así darás ejemplo, y ¿quién sabe? Estas son mis propuestas:

  • Haz paquetitos rellenos de uvas pasas y adornados con un lazo.
  • Asa manzanas y calabazas y córtalas en porciones, llena pequeños cuencos con ellas. Esta opción es adecuada para los invitados de tu noche de Samhain, porque quizás despierte desconfianza ofrecerlo a los viandantes.
  • ¿Has pensado en castañas asadas? ¡qué ricas!
  • No hace falta que regales alimentos si se trata de innovar: lápices decorados, adhesivos con motivos terroríficos, etc.

Para finalizar, recuerda que esa noche antes de acostarlos, los niños deberán lavarse más cuidadosamente (si cabe) los dientes.

Fotos | Flickr-Wesley Fryer, Flickr-SAG-Humphreys, Flickr-Ruth and Dave


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