Juegos de siempre para jugar en la calle: Rayuela o tejo

Juegos de siempre para jugar en la calle: Rayuela o tejo

Escrito por: Belén    13 junio 2010     2 minutos

Quizá sea una apreciación equivocada, pero ya no se ven niños jugando en la calle a los juegos tradicionales, no hay canicas, ni chapas, ni gomas, ni combas, de vez en cuando hay peonzas, dependiendo de la moda. Hace unos días en un parque cerca de casa había una rayuela dibujada, forma parte de la decoración del espacio. Intenté enseñar a mi niña, aunque con 8 meses de embarazo es dificil saltar, y pronto teníamos la atención del resto de peques del parque. Eso me hizo pensar que no jugaban con ella porque no tenían ni idea de para que son esos cuadros con números. Por eso creo que puede ser una buena idea hacer un repaso a los más populares, refrescarnos la memoria y transmitírselos a nuestros niños.

Ya que estamos, empezamos con la rayuela o tejo. Sólo hace falta un espacio con tierra o que se pueda pintar con tiza y una piedra. Su origen es tan antiguo que ya se practicaba en Roma y en la Grecia Clásica. En muchos lugares del mundo siguen jugando niños y mayores e incluso, hay campeonatos de rayuela. Hay muchas versiones de este juego, pero contaré la más conocida o al menos a la que yo jugaba.

Se dibuja con tiza o con un palo en la tierra un diagrama como el de la foto, en vertical, primero tres cuadrados, después un rectángulo dividido a la mitad, otro cuadrado que coincida con los primeros, otro rectángulo dividido a la mitad y para coronar, un semicírculo. Se numeran empezando de abajo hacia arriba. El semicírculo puede llamarse cielo, gloria o dejarlo sin nombre ni número.

Un niño se sitúa al pie del número 1 y lanza una piedra para que caiga en ese cuadrado. A la pata coja tiene que saltar hasta la casilla número dos y seguir desplazándose así por cada una. En los rectángulos se apoya a la vez un pie en cada casilla. El cielo es la casilla de descanso, al llegar se apoyan los dos pies y de un salto se da la vuelta, para repetir el recorrido en el sentido contrario. Al finalizar cada vuelta se vuelve a lanzar la piedra a la siguiente casilla, que es la que no se puede pisar.

Si la piedra toca las líneas, no entra en la casilla que toca, si el niño apoya los dos pies cuando debe ir a la pata coja o si pisa las líneas, pierde turno y le toca a otro jugador. Gana el que consigue llevar primero la piedra hasta el cielo.

Si nuestros niños no quieren jugar al tejo, al menos que no sea por desconocimiento. Es un buen juego de habilidad y equilibrio.

Foto | Gisele Teixeira


7 comentarios

  1. Carmen dice:

    Ojalá todos pensaramos así, pero hay suelto de cada personaje….! Os cuento:
    Esta mañana salimos al parque con los nenes de 5 y 3 años y una cajita de tizas. Estan pintando rayuelas, muñecos,etc…y compartiendo las tizas con los niños que se acercan. Unos «papás», se acercan a nosotros y nos llaman domingueros, e incívicos, y que si a nosotros nos gustaría que viniesen a nuestra casa a pintar en nuestras paredes. Os prometo que nos hemos quedado estupefactos. Añadían que los más pequeños, podían meterse las tizas en la boca. (Aunque yo personalmente creo que las piedras también son suceptibles de ser tragadas y ahí están, para eso estamos los padres detrás como perrillos falderos).
    Mi marido y el tipo pijo se han encarado, pero finalmente, hemos pasado de ellos, aunque nos han jodido el Domingo. Es una pena que tengamos con convivir con semejantes personajes y que nuestros hijos tengan que convivir con sus futuros cívicos hijos. Un saludo a tod@s. Y si tenéis algún consejo para la próxima vez que los veamos, hacedmelo saber. Gracias.

  2. Belén dice:

    Carmen, vaya situación. Yo bajo con tizas y le dejo pintar en la acera, se va con agua y con las pisadas. No contamina, al menos no creo que más que el humo de los coches y no son pintadas obscenas ni similar que puedan molestar.
    La verdad, yo hubiera pasado totalmente, como si no les oyera. Claro que pueden tragarse las tizas, y como tu dices las piedras, y las hojas y un bichito que corre por allí. Cuando mi niña juega suelo mirar a todos y muchas veces he quitado a un pequeñín algo de la mano que iba hacia la boca, como hacen muchos otros padres.
    No me considero para nada incívica y seguiré dejando que pinten en la acera con tiza. Por cierto, también lo hace en el balcón de casa, con la fregona húmeda desaparece en un momento, no veo el problema.
    Da igual lo que hagamos, siempre habrá alguien que tenga que opinar. Verás como el próximo domingo o el siguiente hay otros niños con tizas haciendo lo mismo que los vuestros. Paciencia. Un saludo.

  3. Carmen dice:

    Gracias por tus palabras Belén.
    He llegado a dudar pues, aunque nos sentimos en posesión de la verdad, sobre todo en lo que a educación se refiere (pues en ningún momento les faltamos el respeto), no se si habrá algún tipo de ordenanza o algo así, que no permita pintar con tiza en la vía pública (en un parque infantil en este caso).
    Bueno, saludos y gracias de nuevo.

  4. Belén dice:

    Carmen, pues ahora que lo dices, ni lo había pensado, aunque es perfectamente posible. En muchos parques los niños no pueden jugar con pelotas ni bicicletas, así que no me extrañaría que tampoco pintar en el suelo con tiza. La próxima vez tomaré la precaución de echarle agua por encima al irnos, que tampoco me cuesta nada. Gracias a tí. Un saludo

  5. Joan Toni dice:

    Hola, soy uno de los muchos emprendedores de este país y trabajo realizando piezas de hormigón para mobiliario urbano y voy a poner en marcha gracias a vuestras declaraciones «la rayuela en hormigón» para que los niños y padres puedan disfrutar del juego sin molestias.

    • Belén dice:

      Joan Toni, parece un fantástico proyecto. Las conozco en el material que se usa en los parques infantiles, el blandito, pero en hormigón no las he visto nunca. Muchísima suerte. Un saludo

  6. Gabriela Gonzalez dice:

    Es un gramdioso juego me encanta esta desde el 1 al 10 le doy el 10 esta muy pero muy buenooo