Primeros auxilios para niños en el campo: Mordedura de culebra o víbora

El campo está lleno de aventura y diversión, pero también de algún que otro peligro que hay que controlar. Los niños, en su infinita ingenuidad, no son conscientes del peligro que les rodea, por eso a menudo se arriesgan a ciertas aventuras épicas que nos pueden salir especialmente caras. Una de ellas es la de entrar en contacto con según qué tipo de animales.

¿Te imaginas que tu niño encuentre una culebra y le resulte de lo más simpática? Estos reptiles no son nada amigables, así que lo mejor será que, antes de ir a cualquier lugar donde puedan estar a sus anchas, le leas la lección sobre la necesidad de alejarse de ellos. Pero si la mordedura se ha producido entonces ¿qué debemos hacer?

Cuando muerde una culebra a nuestro pequeño sentirá la zona enrojecida y se inflamará. Como en el resto de picaduras de los insectos, podemos aplicar hielo o paños de agua fría para que la inflamación baje y le alivie el picor. Pero suele suceder que no siempre estamos seguros si se ha tratado de una culebra, más o menos benigna, o de una víbora, y ahí está la gran diferencia.

La mordedura de víbora es especialmente peligrosa que se traduce en un dolor muy intenso que se extiende a toda la extremidad, además de una exagerada inflamación. En el lugar donde se ha producido el bocado se suele poner amoratado. Lo primero es aplicar hielo o frío para evitar la absorción del veneno y despojar al niño de todo lo que lleve en las extremidades: pulsera, reloj, calzado, anillos…ya que la extremidad irá inflamándose y luego no podrás hacerlo. No realices torniquetes, ni chupes, ni intentes manipular la herida. Mantén al niño en reposo y llévalo, en brazos, hasta urgencias.

Vía | Crecer Feliz
Foto | Greenpeace

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