Con la llegada del calor las posibilidades de tener piojos se incrementan, hoy te enseñaremos a revisarle la cabeza a los niños y así poder detectar, o no, su presencia. Aprender a detectar y atrapar piejos requiere de algunos simples conocimientos, pero no es nada difícil o complicado. Sabemos que no es una tarea que podría resultar agradable, pero cuanto antes se haga más seguros estarán los pequeños.
A lo largo de la infancia ocurren hechos memorables, maravillosos y, también, de lo más trágicos. Es así como nos encontramos con algunos inconvenientes que suelen ir asociados al crecimiento, y el descubrimiento del mundo más allá de los brazos de mamá. Generalmente, cuando nuestro niño empieza a ir a la escuela es cuando empieza a volverse más independiente y ya le van ocurriendo cosas que, a menudo, no sabe bien como solucionar. Es ahí cuando nos daremos cuenta que va madurando y tomando decisiones por sí mismo.
El colegio ya ha empezado y, con él, todas esas novedades, y no tantas, que suceden cada año cuando los niños regresan a su lugar de estudio. Si bien resulta una experiencia inolvidable, llena de retos por superar, amigos por conocer y aprendizaje imparable, también hay algunos aspectos que, de forma inevitable, llegan cada año. Al igual que estrenan nuevos lápices de colores o cuadernos de caligrafía, también llegan los temidos, y siempre puntuales, piojos.
Hay personas a las que hablar de piojos desde la propia experiencia les da reparo, ya se sabe: ‘¡a ver si piensan que mis hijos son unos sucios!’. Al respecto creo que a esta excelente recopilación de verdades / mentiras añadiría que estos insectos parasitarios tan… molestos (y asquerosos, digámoslo claro) tienen predilección por los cabellos limpios.
Uno de los graves problemas a los que se enfrenta nuestro peque, especialmente con la entrada al colegio, es la del contagio de los piojos. Estos pequeños seres, demasiado molestos y causantes de tantos quebraderos de cabeza, son pasto de muchos mitos y leyendas, tantos que a menudo no sabemos donde empieza o acaba la realidad.
El contagio de los piojos generalmente tiene lugar por contacto directo, de cabello a cabello y en muy pocas ocasiones es contagiado por el hecho de compartir prendas u otras pertenencias personales Los piojos pueden vivir entre uno y dos días cuando se desprenden de una persona, ya que no pueden alimentarse.
Uno de los temas de salud que va unido, inevitablemente, a la vuelta al cole o a la guardería, es la pediculosis o el contagio de piojos en los niños. Por mucho que queramos evitarlo, incluso extremando la limpieza del cabello de nuestro hijo, resulta casi imposible que los niños salgan ilesos a esta invasión. Aunque no ocurre en todos los niños igual, algo que sigue estando envuelto en un gran misterio, pocos son los que se salvan.
Parece ser que los piojos no sólo preocupan a las madres y padres que se tienen que llenar de paciencia prácticamente todos los años para el ritual antipiojos. Colonias y champús para toda la familia y horas de pasar las liendreras para acabar con ellos. Los niños también sufren esta tortura que además de provocarles picores les desespera cuando tienen que permanecer sentados mientras ,al más puro estilo orangután, investigamos su cuero cabelludo.
Aunque tan sólo tiene 7 años, Candela ya empieza a ser toda una estrella de la música. Como una auténtica diva lidera un grupo musical en el que participa, además de cantando, componiendo sus canciones e ideando las coreografías. Aunque, en principio, podemos pensar que se trata de un grupo infantil como aquellos que conocimos durante nuestra infancia, lo cierto es que Candela es la vocalista de un grupo musical formado por adultos, entre ellos su padre y su madre.
Si hay algo que me pone nerviosa es la carta del colegio avisando que alguien en la clase de mi peque tiene piojos. Afortunadamente, y cruzo los dedos, aún no se ha contagiado nunca. No me daría ninguna vergüenza que los cogiera, se que no son sinónimo de suciedad ni descuido, los piojos no seleccionan por higiene. Pero me da mucha grima y sólo pensar en el tratamiento para quitárselos y en tener que pasar la lendrera con lo poco que le gusta que le toquen el pelo, me agobio.
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