Trastornos del sueño en niños: el síndrome de las piernas inquietas

Trastornos del sueño en niños: el síndrome de las piernas inquietas

Escrito por: María Fuentes Gimeno   @MariaFuentesGim    7 abril 2015     2 minutos

El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno del sueño que se caracteriza por un dolor en las extremidades inferiores que impide el sueño y que provoca una necesidad irrefrenable de movimiento.

Aunque es más frecuente en adultos de mediana edad, los niños, sobre todo los hijos de padres que lo padezcan, también pueden sufrir el SPI (Síndrome de las Piernas Inquietas).

Aunque no está catalogado como algo peligroso para la salud, sí puede afectar la calidad de vida de los pequeños al impedirles descansar correctamente y ocasionar somnolencia diurna, ansiedad por falta de sueño y retraso escolar.

No existe una prueba específica para diagnosticar el SPI, así que el médico determinará el diagnóstico en base a la historia clínica y al descarte de enfermedades que pueden ocasionar los mismos síntomas.Y aunque no hay una cura para el SPI, sí se puede aliviar, tomando una serie de medidas:

  1. Hacer que nuestros hijos se vayan a dormir y se levante todos los días a una misma hora.
  2. Asegurarnos que la cama de los niños es cómoda y que su habitación está a una temperatura adecuada.
  3. Disminuir progresivamente el nivel de actividad de los pequeños conforme vaya llegando la hora de acostarse, potenciando actividades relajadas.
  4. Reducir el consumo de sustancias que como el chocolate o el azúcar, pueden provocar excitación.
  5. Apoyo familiar y escolar. El malestar que se produce en las piernas es un dolor real por lo que se debe facilitar a los niños maneras de aliviarlo. Según la Sociedad Española de Pediatría estas se pueden traducir en que, por ejemplo, en clase se le permita levantarse al niño afectado de la silla e incluso dar cortos paseos para aliviar las piernas.
  6. En los casos de niños con niveles bajos de hierro, aún si no hay anemia o esta es moderada, el pediatra podrá recomendar el consumo de complementos alimenticios.

En caso de que ninguna de estas medidas funcione y el niño siga padeciendo el malestar, se recomienda derivarlo a la Unidad de Sueño de nuestra ciudad.

Foto | Flikr-OakleyOriginals
Fuente | Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia


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