La Academia Americana de Pediatría condena, por fin, la ablación

La Academia Americana de Pediatría condena, por fin, la ablación

Escrito por: Belén    7 junio 2010     2 minutos

La ablación es la extirpación médica de un órgano, sin embargo también se conoce así a la ablación de clítoris que se practica en gran parte de África, Oriente Medio y otros. Es una práctica ritual que se realiza en condiciones higiénicas lamentables por personas sin ninguna formación médica. Se considera un requisito para el matrimonio por lo que se mutila cada año a tres millones de niñas hasta los 14 años. No se trata solo de violencia contra las niñas, además les deja heridas físicas y psicológicas de por vida.

En España esta práctica está penada por ley e incluso se persigue a los padres que se llevan a sus niñas de vacaciones y al volver se comprueba que se las ha sometido a esta atrocidad. En Estados Unidos, hace unas semanas, la Academia Americana de Pediatria (AAP) afirmó que los pediatras podían prestarse a realizar un pequeño rasguño ritual a las niñas cuyas familias lo solicitasen para evitar intervenciones más drásticas como la ablación completa del clítoris. Ahora han rectificado.

La desafortunada afirmación de la AAP explicaba que «un pequeño rasguño ritual no es peligroso físicamente y es mucho menos agresivo que la circuncisión que se realiza a algunos recién nacidos varones. Existen razones para pensar que ofreciendo esa alternativa simbólica se puede fomentar la confianza entre los hospitales y las comunidades inmigrantes, salvando a algunas niñas de procedimientos desfigurantes y que ponen en riesgo su vida».

Tras el aluvión de críticas, la Academia ha rectificado afirmando que se oponen radicalmente a cualquier forma de mutiliación genital femenina, no sólo en Estados Unidos, sino en cualquier parte del mundo. Además recuerdan que la ablación de clítoris está prohibida en el país.

Seguro que la intención era evitar sufrimiento a las pequeñas y que una cicatriz quirúrgica hecha por un profesional sería un mal menor que podría evitar uno mayor. Pero provocar dolor a las pequeñas, por ligero y controlado que sea no puede ser una forma de luchar contra esta barbaridad. Está claro que no hay nadie infalible.

Vía | El Mundo
Foto | Viento del sur