
Te has enterado que estás embarazada, ya has acudido a tu ginecólogo, has comenzado con las pruebas y exámenes de rigor… pero seguramente, aún tienes dudas y muchísimas ganas de saber más, verdad? Lo mismo me pasaba a mí y no hay nada más lindo que estar conectada con tu cuerpo, con lo que está pasando y enterarte exactamente qué es lo que le está sucediendo a tu bebé.
A lo largo del embarazado, tendrás que completar una gran cantidad y variedad de controles médicos y exámenes que permitirán a tu ginecólogo monitorear el estado y desarrollo de tu bebé y tuyo. Pero más allá de los exámenes rutinarios, existen algunas pruebas especiales son realizadas a algunas embarazadas en función de sus necesidades particulares y de las particularidades de su embarazo y de su bebé. Si bien a la mayoría no le tocará hacérselas, es importante estar informada, porque siempre digo, la mejor solución a los nervios, es el conocimiento!
Dentro de dos semanas voy a mi última ecografía programada (estoy llevando el parto por la sanidad pública y en este caso el protocolo de actuación es realizar una a las 12 semanas, otra a las 20 y otra a las 34). Estoy deseando ir porque desde la segunda a la tercera son muchas las semanas que pasan y me apetece volver a echar un vistazo a mi bebé.
Hay cambios de todo tipo durante el embarazo, los que se ven y los que no se ven. Nuestras hormonas se encuentran tan alteradas que se dejan notar tanto en el aspecto físico, como mental. Podemos llorar, enfadarnos, reír o sentirnos la mujer más feliz del mundo sin que hayan pasado ni 24 horas (quizá es un poco exagerado), pero la revolución hormonal que sufrimos hace que haya momentos en que no nos reconozcamos ni nosotras mismas.
Puaj, qué náuseas, qué mal cuerpo, hoy me he levantado un poco revuelta, me dijeron que se pasaban sobre la semana 14-16, pero creo que en mi caso, están durando más de la cuenta (estoy en la 32). Aunque claro, también tengo amigas cuyas madres estuvieron vomitando hasta el mismo día del parto,... así que trataré de no preocuparme y, sobre todo, de no estresarme.