Recuperar la sencillez
El otro día ví una noticia en el telediarío sobre El niño vaca. Un niño que mama de la vaca de su abuelo. A raíz de esto me he estado fijando en que a veces complicamos demasiado las cosas. He reflexionado y creo que quizás deberíamos recordar que en el fondo somos animales. En algunos aspectos deberíamos copiar su sencillez.
Un ejemplo; para dar de mamar hay demasiados productos complementarios como pezoneras, cremas cicatrizantes, saca leches. Pues yo creo que lo indispensable es el pecho de la madre y un bebé hambriento. Lo más natural y sencillo para las grietas es la propia leche y la saliva de tu bebé. Luego está el momento «caida de chupete al suelo». Todas hemos salido disparadas a esterilizarlo (por lo menos con el primer hijo). Pues tampoco es indispensable lavarlo al instante, los niños tienen que hacerse fuertes inmunológicamente hablando, ¿no?
También tenemos las cunas o las hamacas que hacen de todo, vibran, cantan… Cuando lo único que quiere nuestro bebé es sentir nuestro calor y escuchar el sonido del corazón de su mamá. No pasa nada si tu hijo aunque tenga la mejor cuna del mundo prefiere pasar la noche junto a tí, es lo natural. Y por último quisiera mencionar los carritos de paseo. Más de una vez he salido a comprar llevando a mi bebé en el carro y he vuelto con el carro en una mano, el bebé en el otro brazo y la compra a cuestas. En estos casos también podemos ser sencillos, nos podemos hacer (o comprar) fulares para llevar a los bebés. Resultan bastante prácticos, sencillos y baratos. A todos nos gusta tener de todo pero en ocasiones lo sencillo es más útil.


¿Tu bebe necesita un andador? Te damos algunos consejos
Campamentos de surf para niños en Galicia durante el verano
Depresión postparto: factores de riesgo, síntomas y cómo prevenirla