
Según un estudio publicado en la revista Pediatrics, el 85 por ciento de los padres sabe leer las tablas de crecimiento, es decir sabe que el punto señalado por el pediatra es la intersección entre el peso o la talla del niño y su edad. También entienden en que percentil se sitúa su hijo. Pero un 56 por ciento de esos padres no sabe interpretar el resultado, o lo que es lo mismo, no sabe que significa el percentil. Sólo un tercio de los padres americanos sabe interpretar las tablas correctamente.
Muchos niños permanecen con el pie plano, pero hoy día es sabido que este no es un impedimento para caminar y correr con normalidad y en muy pocos casos es necesario recurrir al tratamiento ortopédico; por este motivo es necesario acudir con frecuencia al pediatra, para que remita al niño al especialista a tiempo, en caso de necesitarlo, o informar a los padres si la anomalía se corregirá por sí misma.
El desarrollo físico del bebé durante los nueve meses de gestación, es solo el inicio de un largo proceso a través del cual, su cuerpo se fortalecerá y crecerá, permitiendo al niño estar en condiciones de realizar cualquier actividad de acuerdo a su edad. Los padres del pequeño deben estar muy pendientes de que este proceso de desarrollo y crecimiento sea el esperado, así como del aseo y la buena alimentación del niño, en miras a fortalecer su cuerpo y mantenerlo sano.
Esta es una de las consultas que suelen aparecer con más frecuencia en las consultas pediátricas. Los médicos cuentan para poder evaluarlo con un gráfico de percentiles. Si un chico, al nacer, en el peso estaba en el percentil 5 y a los 18 meses está en el 8 y la talla estaba en el percentil 0 y ahora está en el 15, la evolución del peso ha sido buena y en altura ha dado un estirón. A la hora de interpretar los percentiles hay que tener en cuenta siempre su peso y talla al nacer.
Es necesario lograr que el niño se siente por si mismo, como requisito para otras operaciones, como la alimentación y el gateo; si el niño aún no tiene fuerza para sentarse solito y ha pasado ya por los nueve meses, es importante llevarlo al pediatra para que lo revisen y en casa, motivarlo para que lo logre, a través de diferentes actividades.
Una investigación de la Universidad Bar-Ilan de Israel ha comprobado que los trillizos suelen tener un desarrollo cognitivo más lento hasta los dos años, pero al alcanzar los 5 años, se igualan con el resto de niños de su edad. Muchos de los pequeños estudiados ya habían alcanzado un cociente intelectual y un desarrollo social en la media de sus coetáneos.
El bebé ha llegado a la mitad de su primer año y está en un momento importante del desarrollo. Sin olvidarnos que cada bebé tiene su propio ritmo y que estos datos son solamente orientativos, en este mes el pequeño se mantiene sentado con un poco de ayuda. Es capaz de apoyar los pies en el suelo un momento si se le sujeta por los hombros. Cada vez manipula más los juguetes y se agarra los pies con las manos.
A los cuatro meses, los bebés suelen presentar un aspecto rollizo que los pediatras antiguos llamaban redondez satisfactoria del lactante sano. Los pliegues de los que hablamos en el tercer mes se acentúan por el aumento de musculatura y sobre todo de grasa en brazos y piernas. No está gordo, está sano preparando su cuerpo para el movimiento.