
El egoísmo infantil puede ser sólo inmadurez
Un estudio realizado en el Instituto Max-Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en Leipzig, Alemania, sugiere que los niños resisten peor los impulsos cuando son más pequeños por la inmadurez de su cerebro. El desarrollo de la corteza prefrontal sería lo que determinaría la conducta más o menos generosa de un niño en situaciones en las que hay un incentivo potente para que sean egoístas. No tendría que ver con su capacidad para reconocer lo que es justo o injusto.