Uno de los atractivos del verano para los niños, más allá de las vacaciones escolares, disfrutar al aire libre o los momentos de ocio y diversión, son los helados. Es imposible desligar el verano con el consumo de estos ricos manjares. Después de una buena comida, un helado nos ayuda a refrescarnos y a imaginarnos mundos dulces y fresquitos que nos inviten a soportar las elevadas temperaturas.
La recomendación de lectura para esta semana nos trae a una vieja conocida de nuestra casa y a la que siempre mantenemos la puerta abierta. Poemas, acertijos, juegos de palabras e historias singulares, son el mundo mágico que nos ofrece Gloria Fuertes en sus escritos. Por eso sabemos que es un valor seguro con el que los niños van a disfrutar desde la primera hasta la última página.
Ya hemos visto, en otras ocasiones, como la poesía es un vehículo eficaz y efectivo para acercarse al mundo infantil. También sabemos que para que se produzca una verdadera unión entre el poeta y el niño no debemos caer en los tópicos de hablarle como si no nos entendiera o como si tuviéramos que minimizar las palabras, los sentimientos y hasta la voz. Nuestros niños, afortunadamente para todos, comprenden mucho más de lo que imaginamos, sobre todo cuando le hablamos con claridad, utilizando palabras sencillas y sentimientos sinceros.
Son muchas las composiciones poéticas de Gloria Fuertes que os estamos ofreciendo y es que, sin lugar a dudas, esta poetisa madrileña ha sido una de las que más ha conectado con el mundo de la infancia desde todos los tiempos. Poemas originales que hablan sobre la ortografía o que ayudan a los niños a aprenderse las tablas de multiplicar o, incluso, aquellos que hacen alusión a la época navideña de una forma divertida y cercana para los más pequeños.
Hablar de Gloria Fuertes es, sin duda, hacerlo del mundo de la infancia. Han sido muchas las generaciones que hemos crecido al calor y color de sus versos. Para aquellos que tuvimos la suerte de verla recitar sus composiciones, bien en directo o en televisión, recibimos la llave mágica para acercarnos al mundo de la poesía sin el temor de adentrarnos en un espacio incomprensible, fastuoso y sólo reservado para los grandes literatos, engolados y profundos y, en la mayoría de los casos, sólo accesibles para unos pocos.
Una de las autoras más prolíficas para el mundo infantil que ha dado nuestra literatura es la poetisa Gloria Fuertes. De su viva imaginación y sensibilidad especial para con los niños, han surgido poemas y canciones que todos recordamos con verdadera añoranza y que ahora, siendo ya padres, compartimos con los más pequeños a fin de abrirles un mundo infinito en torno a la literatura.
Una de nuestras poetisas favoritas es Gloria Fuertes. De ella ya hemos publicado algún que otro poema como los Versos para la Ortografía, Chupilandia o La tabla del cinco. Nos gusta porque es directa, sencilla, divertida y, en ningún momento, pierde la capacidad de asombro y sorpresa que todo creador debe conservar a fin de no caer en la peligrosa rutina de un funcionario literario.
Además de adquirir un vocabulario más extenso, crearnos un hábito hacia la lectura y divertirnos con las rimas, la poesía puede servirnos también para aprender y fijar nuevos conceptos educativos que van a hacerles falta a nuestros niños en el futuro. Ya vimos hace unas semanas como aprendíamos la tabla de multiplicar del cinco de una forma amena y divertida, y es que no hay nada mejor que, como si estuviéramos cantando, enseñarnos esos otros conceptos, no siempre tan amenos, pero que forman parte para la educación.
En otras ocasiones ya nos ha acompañado la poetisa más prolífica con respecto a la poesía infantil. Gloria Fuertes nos vuelve a traer una de sus divertidas composiciones con las que los niños aprenden a valorar la creación literaria y, además, se le vas introduciendo en el maravilloso mundo de la lectura. Hacerlo con versos divertidos es, seguro, la mejor forma de enseñarles a amar el mundo de las letras de una forma amena y llena de magia.
Acercar a los niños al mundo de la poesía es una de las tareas que deberíamos tomar como una parte más de su educación. Crecer en sensibilidad, imaginación y actitud creativa, es vital en el mundo de la infancia donde todo se vive con una intensidad envidiable y con una sorpresa digna de todo un mundo por descubrir. Eso sí, hay que saber escoger, entre el amplio abanico lírico que nos ofrece nuestra literatura, aquellas composiciones que más pueden ir con el gusto y el interés del niño.
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