
Un arnés para no perderlos
Se acerca la época estival y, con ella, las vacaciones, los viajes o, simplemente, los paseos por la ciudad cuando más abarrotada está de gente. Los niños pequeños, en su incipiente curiosidad y sus deseos de descubrimiento sin límite, se lanzan a la aventura del primer impulso sin pensar en las graves consecuencias que este trae. Así es que, cuando recién empiezan a caminar, salir con ellos por la vía pública sin el protector y seguro cochecito, es toda una aventura más propia de Indiana Jones que de Mary Poppins.