Receta para niños: Caracol de purés
Tener un niño en casa que se lo coma todo de buena gana, sin rechistar y sintiéndose satisfecho, es algo tan difícil como tener un embarazo sin una sola molestia. Por poco que sea: alguna mala cara, una pasajera angustia o un rechazo sistemático a determinado alimento, se nos presenta a lo largo de la educación alimentaria de nuestros niños. Las verduras, en la mayoría de los casos, son el "monstruo feroz" con el que tenemos que batallar a diario.