El 30 por ciento de los niños sufre síntomas postvacacionales

El 30 por ciento de los niños sufre síntomas postvacacionales

Escrito por: Sacra    16 septiembre 2012     2 minutos

Dolores abdominales, cefaleas o náuseas pueden ser algunos de los síntomas físicos que experimenten los niños en su vuelta al cole

Trastorno en el apetito, rabietas injustificadas, ansiedad, mal humor, incluso dolor abdominal, son algunos de los síntomas que aparecen en los niños cuando retoman sus actividades escolares después del periodo vacacional. Síntomas que dejan de ser una mera actitud pasajera para convertirse en una dolencia física real. Y es que ese rechazo a volver a la escuela acaba somatizándose, creando una serie de trastornos corporales que no acabamos de ubicar.

Y es que, según la psicóloga Vanessa Guerrero del Valle, experta en psicología infantil en el Hospital Xanit Internacional de Benalmádena, Málaga, 3 de cada 10 niños sufren algún tipo de síntoma asociado con el síndrome postvacacional. Afortunadamente son sólo el 8 por ciento los que acaban sucumbiendo a una alteración más preocupante, pero no deja de advertirnos que esta cifra va en aumento cada año.

Los síntomas físicos más normales que aparecen en el niño son: dolores de cabeza, naúseas, dolores abdominales y vómitos. En la mayoría de los casos suelen desaparecer a los pocos días, cuando el niño ya se ha adaptado totalmente al nuevo ritmo y le haya dado tiempo a asimilar todos los cambios. Pero si este periodo se prolongara más de dos semanas, la doctora nos aconseja acudir a un profesional a fin de que valore cuales pueden ser las causas que llevan al niño a estar en este estado anímico. Debajo de ese problema, aparentemente leve, puede esconderse algo más grave como acoso, rendimiento escolar o verdaderos problemas de adaptación.

El consejo en el que coinciden todos los expertos es, además de no dramatizar y agravar el problema, intentar adelantarse, en los últimos días de vacaciones, en las rutinas que ya va a ir encontrándose el pequeño. Acostarse pronto, madrugar, ajustar el horario de las comidas y, sobre todo, animar al pequeño, hablándole de todo lo bueno y positivo que va a encontrar en su vuelta al colegio.

Vía | Saber Vivir