La otitis externa se puede prevenir

La otitis externa se puede prevenir

Escrito por: Macarena   @Macarenagonzal    5 julio 2015     3 minutos

Puede que asocies la otitis externa a la temporada estival, y es que su causa principal es la entrada (y permanencia) de agua en el canal auditivo; de hecho la infección se llama también ‘oído del nadador’, y es tan común como para afectar una media de 40.000 personas anualmente en Europa. Eso sí, aunque se puede sufrir a cualquier edad, son los niños y adolescentes los más vulnerables, y de entre toda la población infantil, un 70 por ciento la ha padecido alguna vez.

Como sabréis, o habréis oído decir, la otitis externa ocasiona muchísimas molestias, y uno de sus primeros síntomas evidentes es el intenso dolor que la acompaña; no la he sufrido en mis oídos, pero sé lo que es oír a un niño chillando de madrugada porque no lo soporta. Es uno de esos casos en los que uno / a se va de cabeza al servicio de Urgencias que tiene más cercano, y en mi opinión da mucho más miedo que la fiebre alta. La explicación de que en peques se produzca más incidencia está en la cantidad de horas que pasan a remojo.

Los niños son los más vulnerables a este tipo de otitis puesto que pasan muchas horas en el agua, lo cual origina que los agentes infecciosos se instalen en el conducto auditivo externo

¿Agentes infecciosos, pero no era el agua?

Bueno, es que es el agua o la humedad, la que unida al calor ambiental, favorece el crecimiento de microorganismos (bacterias u hongos) en el canal auditivo, y estos si que son los que ocasionan directamente la infección, por eso una de las recomendaciones más extendidas es secar bien los oídos después del baño, con una gasa o el pico de una toalla.

En cualquier caso, el mero hecho de que el conducto se irrite por la humedad, ya es suficiente para que la piel se lesione.

Es verdad que hay peques que parecen pasar el verano con dolor de oído, ante esta recurrencia cabe extremar las medidas de prevención, así que deberán utilizar tapones y gorros de baño habitualmente, lo cual no les impide disfrutar de su actividad favorita, y a cambio se evitará la inflamación que ocasiona el problema.

Más vale prevenir

  • Empecemos por los tapones de los que ya he hablado: que sean hipoalergénicos, y para más seguridad, hechos a medida (esto no es imprescindible).
  • Se recomienda no zambullirse de golpe en aguas profundas, porque la presión puede hacer que el agua entre bruscamente en el oído.
  • Si es posible, no dejes que los niños entren en aguas que no hayan sido correctamente tratadas. En playas, la bandera azul garantiza calidad de las aguas.
  • Secarse las orejas y el conducto externo tras el baño.
  • Nada de utilizar bastoncillos de algodón, ni rascarse profusamente el oído.

Un amiga utiliza vinagre diluido (ácido acético al 2 por ciento) aplicado, pero esto no es válido en caso de perforación de tímpano o tubos de drenaje, según se explica en En Familia.

La otitis externa no se manifiesta con fiebre o síntomas de resfriado, los especialistas apuntan a que no es grave, pero el dolor que provoca motiva su evitación, ¿no crees?. Por cierto, he comentado que uno de los primeros síntomas es el dolor, pero atentos al picor de oídos.

Foto | Flickr-schani
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