
Un niño de 12 años cose animales de peluche para niños enfermos
Cada día nos sorprendemos más de esos gestos, casi milagrosos, que nos llegan para darnos todo un ejemplo de amor y entrega a la humanidad. Formas de tender la mano, ofrecer un hombro o dejar caer alguna que otra palabra que pueda aliviar los dolores más intensos de nuestros semejantes. Pero estos ejemplos, aún lo son mucho más intensos cuando nos llegan de mano de los niños. Precisamente que en ellos está la llave del futuro, es mucho más gratificante saber que toman buena conciencia con el mundo que les rodea.