
El Equipo de Enfermería de la Unidad de Neonatología de USP hospitales indica que, frente a las posible ola de calor que puede aterrizar durante el verano, se aconsejan no sólo las medidas como el agua o ropas ligeras, sino también aumentar las tomas de leche.
Se considera fundamentalmente una epilepsia que se produce en el niño entre los 2 y los 6 años de edad. Aunque a veces puede ser más temprano, a edad inferior es complicado delimitar si es Síndrome de Lennox o puede ser la continuación del Síndrome de West.
Habitualmente queda incrustado en el abdomen, aunque se han dado casos en los que se encuentra en el escroto, el hígado o los riñones. En casos extremadamente graves, puede aparecer en el cráneo. Al no prestar atención suficiente, conforme el recién nacido se vaya desarrollando, el huésped lo hará con él, nutriéndose de sus órganos y llegando incluso, en algunos casos, a desarrollarlos él mismo.
"Me juraste fidelidad por cada aliento que dieras mientras estuvieras despierto y acepté tu promesa. Así sea. Mientras te mantengas despierto, podrás respirar, pero si alguna vez llegas a dormirte, ¡Te quedarás sin aliento y morirás!". Con estas palabras, la ninfa Ondina maldijo a su esposo para toda la eternidad. Esta es la conclusión en la mitología germánica sobre la Maldición de Ondina. Pero existe su símil en la vida real a modo de enfermedad que pasamos a explicar a continuación.
No sólo los adultos tenemos nuestras apetencias sexuales. Los niños, desde su época de bebé, también tienen sus estimulaciones sexuales que deben ser detectadas por los padres para que no les resulten antinaturales.
En octubre del pasado año, nuestra compañera Sacra escribió un magnífico artículo sobre los babyklappe o buzones para dejar bebés. Esta práctica busca, fundamentalmente, el no abandonar a un recién nacido a su suerte. Pero a todo hay que sacarle la punta.