
María de la Calle, jefa de la Unidad de Embarazos Múltiples del Hospital de la Paz, en Madrid, ha escrito un libro en el que nos habla sobre las dificultades, problemas y complicaciones que pueden presentarse ante un embarazo en el que se presenten varios bebés. A pesar de encontrarnos en uno de los países en el que los embarazos múltiples son bastante frecuentes, hasta ahora no existía, en nuestro país, una guía que ahondara, desde el punto de vista científico y médico, sobre esta realidad.
Es posible que en este momento estés intentando buscar el nombre perfecto para tu bebé. Si no eres de los que siguen la tradición de conservar los familiares o lo suficientemente friki como para ponerle el nombre de tu personaje de ficción favorito, puede que estés nadando en un mar de brumas. Quieres ser original, pero tampoco demasiado excéntrico. Pero ¿cuál es, entonces, el perfecto?
Durante algunos años atrás, los padres recurrían a complicados nombres para nombrar a su bebé durante el resto de su vida. Evocadores paisajes, sus actores favoritos o personajes televisivos que acababan dejando una sensación de moda pasajera pero que iba a quedar, por siempre, en el registro civil con su fecha de nacimiento. Pero como todo lo que es fruto de un impulso pasajero, y casi inconsciente, ha pasado casi a mejor vida, dejándonos las opciones clásicas de toda la vida, aquellos nombres que siguen marcando generaciones y generaciones de nuevos seres.
Por quinto año consecutivo nuestro país sigue presentando un alarmante descenso en los nacimientos. Este descenso, que se inició en 2008, se está volviendo imparable por lo que la población tiende a ser más adulta y, con el paso del tiempo, el nivel de jóvenes será demasiado escaso. Durante estos cinco años el porcentaje a la baja de nuevos niños ha descendido al 18,3 por ciento.
Tras varios años en los que se ha experimentado un considerable aumento de los nacimientos en España, ha sido el pasado año 2010 cuando se ha advertido un ligero descenso en el número de nacimientos en nuestro país. Según las últimas estadísticas este descenso sería de un 3 por ciento, cifra considerable si se compara con años anteriores.
La hora de ir a dormir de los más pequeños supone, para muchas familias, un momento de tortura sólo comparable con la peor de las pesadillas. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, se trata de hábitos que nuestro bebé ha ido adquiriendo a lo largo de su vida por actuaciones, no demasiado adecuadas, por nuestra parte. Y este es el caso que hoy nos ocupa, hay niños que sólo quieren los brazos de sus progenitores para coger el sueño y cuando se le intenta dejar en su cuna, vuelven a llorar para pedir que siga el contacto humano y el movimiento.