Desde Toronto, en Canadá, nos llega una nueva investigación relacionada con el embarazo. En esta ocasión se centra en los accidentes que sufren las mujeres cuando se encuentran esperando un bebé, mucho más habituales que en estado normal. Al parecer, y según sus investigadores, es debido a las náuseas, la fatiga y el insomnio, tres elementos que aparecen durante la gestación y pueden provocar algún que otro problema.
Una mala caída, un golpe inesperado o uno de esos accidentes que se producen por un lamentable descuido, puede acarrear algún que otro problema de salud. Nuestra estructura ósea está pensada para que nos dure toda nuestra vida en las mejores condiciones posibles, ya que es ella la que sostendrá el resto de nuestro cuerpo durante este tiempo. Pero, como el resto de nuestros órganos, poco a poco se va debilitando, así que una caída en la edad adulta puede acarrear una fractura de algún hueso, lo que nos llevará a tener que ponernos una escayola, una férula o, en el más grave de los casos, necesitar una intervención quirúrgica.
Desde el Departamento de Salud de Torrevieja se encuentran realizando una clínica sobre el tratamiento para las fracturas en la infancia. Tengamos en cuenta que las fracturas se producen, mayormente, entre los 6 y los 11 años y que los tratamientos que se deben realizar con un niño son muy diferentes a los que se realizan con los adultos.
La clavícula es el hueso que une el esternón con la articulación del hombro. En los partos vaginales difíciles es relativamente frecuente que se fracture y también que pase desapercibida. La rotura de clavícula del bebé no se puede considerar mala praxis ya que casi todas, por no decir todas las veces que sucede ha sido algo inevitable. El médico explorará cuidadosamente al recién nacido para detectarla si ha ocurrido. Los bebés de más de 4 kilos al nacer son más propensos a sufrirla.
Usualmente, a partir de los dos años de vida, y aún más en edad escolar, los niños tienden a sufrir lesiones, contusiones y fracturas, practicando deportes, jugando en casa o en el colegio; sin embargo, podrían presentarse también golpes severos e incluso, fracturas, en bebés que aún no pueden comunicarse, para expresar dónde les duele y qué tanto.
Cuando un bebé se da un golpe en la cabeza es conveniente que lo vea un médico. Aunque la mayoría de ellos son leves, los bebés parecen de goma, en algunas ocasiones puede haber una lesión más importante de lo que parece. Si el niño está adormecido, apático o si notamos un cambio en su comportamiento debemos ir a urgencias. Sobra decir que hay que acudir también si tiene una fractura craneal o si pierde la consciencia.