
¡A la cama!, cuento-nana para dormir sin lágrimas
A estas alturas de la era tecnológica en la que nos encontramos ya no nos podemos sorprender de nada, o de casi nada. Hace apenas unos años nuestros abuelos se maravillaban con aquellos tremendos armatostes que conseguían llevar nuestra voz, a través de un cable, de un lugar a otro y hoy, nuestros teléfonos, ya lejos del inquisitorio hilo telefónico, nos traen, mucho más allá de la propia comunicación oral, todo un mundo, casi mágico, con el que facilitarnos la vida.