Dentro de todas las actividades extraordinarias que nos ofrece la Navidad nos encontramos, también, con los villancicos. Son esas canciones que todos recordamos, desde tiempos inmemoriales, y que van pasando de una generación a otra para recordarnos que la Navidad es una época llena de magia, alegría y celebración familiar.
Ya hemos entrado en la semana mágica de la Navidad. Son muchos los personajes tradicionales que aparecen a lo largo de estos días para ofrecer diversión y fantasía a todos los niños del mundo. Según las tradiciones, culturas o devoción, cada lugar espera la llegada de unos u otros, aunque en la mayoría de los casos los más requeridos son los Tres Reyes Magos y Papá Noel.
Es lógico que durante estas fiestas la rutina de nuestro bebé se vea algo alterada, aunque en la medida que nos sea posible, debemos continuar con ella en todos los conceptos, ya sea la alimentación y el sueño. Si podemos elegir, mucho mejor hacer las celebraciones en nuestro propio hogar, así el peque se sentirá más cómodo y seguro, pero si lo hacemos fuera de casa, es necesario tener en cuenta ciertos aspectos para que no sea un cambio excesivamente brusco.
Una de las actividades favoritas de los más pequeños es ayudarnos con la decoración en estas fechas. Y es que todo lo que gire en torno a la Navidad resulta de lo más mágico y evocador. Si todavía te queda algún hueco por llenar en tu hogar, puedes seguir realizando alguna manualidad en la que implicar a los más pequeños, sobre todo ahora que ya están de vacaciones escolares, tienen mucho tiempo libre y, las inclemencias del tiempo, les impiden salir a disfrutar del aire libre.
Dentro de todas las tradiciones que nos encontramos durante la época navideña, que son muchas y muy variadas, también nos encontramos con aquellas que nos acercan al mundo de la literatura. Enseñarle cuentos a nuestros peques, hablarles sobre aquello que sucedió hace miles de años o recitarles un poema, son pequeños gestos que nos ayudarán a que los peques comprendan el porqué de estos días, además de divertirse y crear vínculos muy especiales con la Navidad.
Ya hemos visto como, además de los personajes tradicionales que encontramos estas Navidades y que vienen a ocupar un rincón muy especial en nuestras casas, también existen otros que, venidos desde distintos territorios de nuestro país, también dan color, vistosidad e ilusión a lo largo de estos días. Son esos personajes que nos llegan desde el más remoto de los tiempos y que se siguen conservando con especial devoción a fin de no perder la tradición.
Son muchas las actividades de ocio que se ofrecen a los niños a lo largo de estas fiestas. La Navidad es un momento maravilloso para seguir apostando por la ilusión, la magia y la alegría compartida en familia. Por eso es importante que les ofrezcamos actividades que vayan en consonancia con estos días para que, al mismo tiempo que se divierten, también disfruten de este halo de emoción y tradición que se respira.
Con las Navidades también nos llegan las vacaciones escolares para los niños. Algo más de dos semanas en las que poder disfrutar de tiempo libre para cumplir tradiciones, divertirse con los amigos o buscar actividades que les amplíen la mente y el corazón. Ahora es el momento perfecto para disfrutar de la familia y encontrar nuevos, y sólidos, motivos para seguir apostando por la esperanza.
Ya estamos en Navidad y seguro que todavía nos quedan muchas cosas por realizar antes del esperado día. La decoración es una de esas partes más importantes con las que nos enfrentamos en estas fiestas, dejar la casa bien bonita, con esos detalles típicos de estos días, es una de las divertidas normas que solemos cumplir con total precisión. Pero si en casa tenemos un bebé, es importante que tengamos en cuenta su seguridad, los adornos pequeños, el árbol o las luces, pueden ser potenciales símbolos de peligro para los peques.
Es cierto que la Navidad es una época mágica y llena de encanto. La diversión, las reuniones familiares e, incluso, la añoranza, toman posesión de nuestra vida para hacernos disfrutar de unos días llenos de segundos entrañables que nos irán alimentando la ilusión a lo largo de todo el año. Especialmente para los niños se trata de una época en la que descubrir nuevos valores, nuevas diversiones y, también, empezar a tejer un futuro lleno de buenos deseos.
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