
Un año más con la entrada del otoño y la vuelta a la rutina nos vienen las programaciones de los distintos teatros que se dedican al mundo infantil. Es por ello que el Teatro Tyl Tyl vuelve a retomar su actividad artística, en esta ocasión para los más pequeños de la familia ya que se trata de un ciclo para bebés con obras dirigidas a estimular su desarrollo cognitivo.
El episodio anterior del documental se centraba en el sentido del gusto, en esta ocasión el protagonista es el oído. Estamos en la semana 26 de gestación y el pequeño lleva 13 semanas desarrollando este importante sentido.
Continuando con las clases de estimulación sensorial de Baby Sensory, hablaremos un poco de las sesiones en sí. Después de analizar y probar diferentes metodologías y teorías de la educación infantil, se completó este programa dividido en más de 40 sesiones temáticas, que se programan una vez por semana en un horario de conveniencia para padres y bebés. Las actividades se sustentan en materiales didácticos llamativos para los bebés, fomentando la comunicación entre ellos y sus padres a través de los ejercicios y la experiencia.
Las clases de desarrollo para bebés de la firma Baby Sensory, han sido construidas a partir del estudio y la comunicación entre profesionales de la pedagogía infantil y la psicología; Cuenta con una trayectoria de 30 años de experiencia, por parte de su fundadora, la doctora Lyn Day, en la búsqueda de cómo brindar a los bebés durante su primer año de vida, un sinnúmero de experiencias físicas que estimulen su desarrollo.
El último episodio del documental de National Geographic terminaba con la embarazada y el bebé a las 18 semanas. En este comienzan explicando que a las 24 semanas el bebé tendría posibilidades de sobrevivir. Sin embargo, muchos bebés tan prematuros tienen problemas cerebrales y de desarrollo.
Los cambios que se producen en nuestro bebé desde su nacimiento se desarrollan de forma muy rápida. Sus sentidos pasan de ser de pequeños descubrimientos a todo un universo donde el mundo se va ampliando a modo de hallar formas, sonidos y perfumes de los que, hasta entonces, no tenía conocimiento. Es, por lo tanto, la primera evolución de nuestro bebé hacia el encuentro del mundo exterior.
Nuestros hijos, por medio de una gran gama de experiencias sensoriales descubren el mundo. Los médicos neurólogos han comprobado que hasta los más chiquitos aprenden mejor si se estimulan todos los órganos sensoriales y el del equilibrio. Y aconsejan que los padres fomentemos el desarrollo ofreciéndole una gran variedad de estímulos.