Ir caminando al colegio es toda una aventura

La vuelta al colegio trae muchas novedades que el niño ha de ir asimilando poco a poco. Nuevos compañeros, o reencuentro con los anteriores, profesores distintos, materias nuevas y algo más complicadas, y una serie de cambios que, no solo en el ámbito familiar, van cambiando a lo largo del curso. Y es que todo forma parte de la enseñanza y desarrollo de autonomía de nuestro hijo.

Y dentro de estas nuevas experiencias que se van a ir presentando a lo largo de su vida, está la de ir al colegio andando. Cierto es que hay casos que resulta imposible por la distancia que separa el centro escolar de nuestra casa, pero también es verdad que, en las ciudades donde disponemos del colegio en nuestro mismo barrio, tendemos a llevarlos en coche, especialmente por comodidad y rapidez. Quizás es el momento de plantearnos hacer ese trayecto a pie, seguro que vamos a encontrar muchas ventajas. Veamos algunas.

El tráfico matutino, especialmente en las horas punta de ir y volver del colegio, se vuelve un tanto agresivo y desesperante, mucho más si llevamos prisa. Así que a no ser que tengamos que utilizar después el coche para ir al trabajo, podemos plantearnos madrugar un poquito más y hacer ese trayecto paseando. Es una forma de enseñarle una parte de la vida y de la ciudad que, seguramente, desconoce.

El tránsito de la gente que acude al trabajo, al mercado o el contacto con otros niños que llevan su mismo camino. El policía que da paso en la carretera, las conversaciones que podemos crear a lo largo de ese tiempo, descubrir rincones desconocidos en el barrio o el simple echo de hacer un poco de ejercicio de buena mañana, ya son motivos suficientes para elegir este método que, además de instructivo, resulta de lo más sano.

Foto | El Periódico de Huelva

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