Lectura recomendada de la semana: ¡Voy a Comedte!
Tanto a los niños como a los adultos nos hace especial gracia cuando escuchamos hablar de una manera rara o distinta a lo fonéticamente correcto. Las "erres" mal pronunciadas, la voz demasiado gangosa o la mezcla de letras que no acaban de encajar a la perfección con el sonido, son algunos de esos tics humanos que nos hacen ser diferentes y, en algunos casos, extremadamente graciosos.