Las lesiones pueden ser diferentes dependiendo la etapa de la vida en que nos encontremos. En el caso de los niños muchas lesiones se vinculan con su crecimiento o pueden ser comunes las fracturas, en el caso de los adultos empiezan aparecer problemas derivados del estrés o del sobrecargo de trabajo. En el caso de la tercera edad son más frecuentes las relacionadas con lesiones artrósicas.
Los niños son especialmente vulnerables a las escaleras, sobre todo antes de los cinco años. El doctor Gary Smith, director del Centro para la Investigación y las Políticas de Lesiones del Hospital Pediátrico de Columbus, explica que a esa edad, "tienen un centro de gravedad alto, alrededor del pecho, no cerca de la cintura como los adultos. Tienden a caerse hacia delante, y por lo general no tienen la fuerza adecuada en la parte superior del cuerpo para amortiguar la caída. Típicamente se lesionan la cara, la cabeza y el cuello".
Parece que nuestra sociedad solo ve dos formas de que los niños triunfen en la vida, como personajes del papel couché o como deportistas de élite. Los estudios y el trabajo parecen ser cosa de una minoría. El deporte al menos exige un esfuerzo y aporta valores para forjar una personalidad y para caminar por la vida. El problema es convertir esta actividad que debería ser un medio, en un fin en si misma, que el niño tenga éxito cueste lo que cueste.
El presidente de la Sociedad Española Ortopedia Pediátrica, Rosendo Ullot alerta de que un 20 por ciento de las lesiones que sufren hoy día los niños, son causadas por el deporte. Entre ellas las más frecuentes son los esguinces de tobillo y el ligamento cruzado anterior. Según Ullot los causantes serían por un lado las retransmisiones deportivas, que provocan en los pequeños las ganas de imitar a sus ídolos y por otro los padres que en ocasiones presionan a los niños a practicar algún deporte.
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