6 razones para educar a los niños en la cultura del esfuerzo

Hay diferentes valores que pueden integrarse en la educación de los niños. La constancia y el esfuerzo tienen un significado añadido en el contexto actual puesto que las familias están condicionadas por un tiempo que se caracteriza por la inmediatez y la búsqueda del éxito. En El Blog Infantil compartimos seis buenas razones para educar a los peques en la perseverancia y en la cultura del esfuerzo.

1. No solo existen metas, sino también procesos

En ocasiones, incluso cuando el propósito final de un camino se ha cumplido, es necesario perseverar para lograr otros retos. La propia vida académica se prolonga durante diferentes ciclos que se completan con constancia y esfuerzo. Ingredientes que resultan todavía más esenciales para aprender los contenidos de una asignatura difícil o que no se ajusta a las preferencias personales.

2. Superación continua

La cultura del esfuerzo y la constancia pone el acento, principalmente, en la evolución personal. Es decir, el crecimiento no se mide en términos objetivos a partir de resultados externos. Existe una transformación interior en el conocimiento y la voluntad de aquel niño que afronta distintos obstáculos durante el plan de acción.

3. Finalizar y terminar los proyectos

Es posible iniciar un proceso y dejarlo sin terminar. De hecho, es aconsejable tener la flexibilidad para abandonar una idea o modificar el plan de acción inicial. Sin embargo, las decisiones, en sus diferentes dimensiones, producen consecuencias. Por ejemplo, es positivo que los niños asistan a las actividades extraescolares a las que se han apuntado en la etapa inicial del curso. Conviene señalar que la cultura del esfuerzo y la constancia se ejercitan, precisamente, en la rutina diaria.

4. Educar en la responsabilidad

Hay múltiples factores externos que influyen en la evolución de diferentes procesos. Sin embargo, es importante que el ser humano ponga el foco de atención principal en las variables que se alinean con su propia capacidad de influencia. En consecuencia, la práctica del esfuerzo y la constancia pone el acento en otro elemento clave que puedes inculcar en tu hijo: la responsabilidad. Es decir, sus decisiones influyen en las consecuencias que percibe a corto, medio o largo plazo.

5. La alegría y la felicidad también se integran en el proceso

La búsqueda de la alegría, el placer o la felicidad son inherentes a la naturaleza humana. Con frecuencia, el proceso de búsqueda parece estar condicionado por el cumplimiento de metas perfectamente establecidas. Pero la ilusión es un componente clave del proceso necesario para llegar al objetivo final (incluso cuando este queda sin concluir).

6. Fomentar la autonomía y el desarrollo de capacidades en los niños

La sobreprotección puede limitar de forma notable el potencial de un niño que, cuando es educado en la cultura del esfuerzo, tiene la libertad de ejercitar sus propias habilidades y capacidades. Es decir, el contexto le ofrece la posibilidad de desarrollar su iniciativa sin que el miedo al error sea un freno constante.

La cultura del esfuerzo está vinculada con valores positivos que alimentan el potencial de niños y adultos.

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