7 ingredientes que fortalecen la cultura escolar de un colegio

Existen numerosas variables que influyen en la elección de un centro educativo. La cultura escolar es un factor que no debe pasar desapercibido en el momento en el que las familias se encuentran inmersas en la búsqueda de una institución que comparte sus mismos valores. La cultura escolar de un centro potencia la diferenciación de su propuesta de valor. Aporta significado a las vivencias y experiencias compartidas en la comunidad educativa. ¿Qué factores potencian su esencia?

1. Metas comunes

Un centro educativo está integrado por profesionales, alumnos y familias. Además, es un entorno dinámico. Algunos estudiantes finalizan una etapa en dicha institución mientras que otros se integran en la rutina académica. Cada miembro del sistema tiene su propia realidad. Pero todos ellos forman un universo único que está alineado con metas compartidas.

2. Liderazgo innovador

Previamente hemos indicado que la rutina en el centro encuentra una dirección clara por medio de las metas comunes. ¿Y cómo unir a los distintos integrantes de la comunidad educativa en un proyecto de grupo? El liderazgo es el componente imprescindible para guiar, orientar, ayudar, inspirar y acompañar. Pues bien, un liderazgo innovador marca la diferencia.

3. Participación de las familias

El concepto mencionado en el artículo se complementa con otro muy importante: la cultura familiar. Es recomendable establecer puentes de comunicación, colaboración y diálogo con las familias. Un alto nivel de participación produce beneficios significativos. Es una base que potencia el sentido de pertenencia y de contribución al sistema.

4. Ejemplo constante de colaboración

La cultura de la escuela se fortalece con comportamientos y acciones que materializan valores y principios éticos. Es decir, el marco teórico se hace visible en hechos y gestos que son un reflejo de la ayuda, el compañerismo y la colaboración que se consolidan en un grupo humano.

5. Diversidad

Las diferencias enriquecen el grupo. Por ello, la mirada del respeto, el reconocimiento y la aceptación eleva una cultura corporativa en la que cada alumno desarrolla su propio potencial. El entorno alimenta la autoestima de forma positiva.

6. Calidad educativa y educación integral

La calidad educativa es uno de los factores más valorados por las familias. Un concepto que va más allá del aprendizaje centrado en diferentes materias. La formación integral es aquella que pone el acento en el desarrollo pleno del alumno como un ser libre y feliz. La visión de la educación pone el foco en el presente, pero también en el futuro: contempla el potencial de cada estudiante.

7. Tradiciones

Este es un concepto que adquiere una huella visible en el contexto familiar. Así ocurre cuando distintas generaciones dan un sentido positivo a una experiencia compartida en común. Y, de este modo, construyen una rutina que se repite en circunstancias similares año tras año. Pues bien, los vínculos creados en la comunidad educativa crecen y se afianzan en un espacio académico que posee sus propias costumbres. Las tradiciones alimentan el sentido de pertenencia, término que hemos mencionado previamente.

Por tanto, la cultura escolar sólida es un ingrediente que influye de forma positiva en la elección de un centro educativo.

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