Aprendizaje en movimiento: qué beneficios aporta en la infancia

La imagen tradicional del aula muestra a un grupo de niños que escucha con atención las indicaciones del profesor desde sus asientos. Sin embargo, el movimiento es inherente a la infancia y, por tanto, también puede integrarse en el proceso de enseñanza y aprendizaje. El aprendizaje en movimiento muestra un enfoque en el que el alumno participa de manera activa en el descubrimiento.

Es una perspectiva que enriquece el número de actividades que pueden llevarse a cabo en el aula. Aunque la influencia de la enseñanza tradicional permanece muy arraigada en la sociedad, la innovación crece por medio de la aportación de otras metodologías que se diferencian en algún aspecto concreto. Pues bien, la metodología basada en el movimiento evita el sedentarismo.

El aprendizaje en movimiento más allá de la hora del recreo

La ausencia de movimiento, por el contrario, da lugar a situaciones que se repiten habitualmente en las clases. Por ejemplo, algunos niños tienen dificultades para permanecer en sus asientos, mientras que otros adoptan una postura que puede incrementar el riesgo de experimentar dolor de espalda. Otros estudiantes permanecen aparentemente concentrados en aquello que dice el profesor, pero desconectan con frecuencia del tema principal de la clase.

El movimiento está muy integrado en las clases de educación física, en las actividades extraescolares de tipo deportivo, en los juegos al aire libre o en el recreo. Pero también puede llevarse a la rutina del aula por medio de distintas dinámicas de grupo y proyectos creativos.

El movimiento influye de forma directa en el estado de ánimo, en la interacción con el entorno, en la observación o en la autoestima. Es algo que puedes comprobar en tu propia perspectiva como adulto. Tal vez en algún momento has sentido cómo, después de un agradable paseo, aquella preocupación que ocupaba tu mente alcanza una lectura diferente. El aprendizaje en movimiento sitúa al niño en un papel protagonista. Le permite mostrar la espontaneidad y la improvisación. Desde su perspectiva experimenta con lo real, se implica en el aprendizaje, supera obstáculos y adquiere una visión general del proceso.

El movimiento es una expresión de curiosidad

Del mismo modo, el movimiento se enriquece con la información percibida a través de los sentidos. Es una perspectiva que no solo incide en la razón, el conocimiento, la memoria, la emoción o la reflexión, sino que integra el lenguaje del cuerpo como parte del aprendizaje personal. El movimiento también se alinea con los pilares de la curiosidad, la admiración y la observación. El niño tiene la oportunidad de dirigir su atención hacia un aspecto concreto, sin permanecer en la misma posición.

El movimiento va más allá del plano corporal, también trasciende al munto interior. Es decir, se alinea con la motivación, el interés y la constancia.

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