Nuestra ayuda en la movilidad buco facial del bebé
Como bien sabemos, el niño necesita de nuestra ayuda para sus primeros andaduras en la vida. Pero no todo se basa en protegerlo y realizar juegos con él. Hay ciertos detalles en los que tenemos que incidir y uno de ellos es el desarrollo correcto de la movilidad de la boca, lengua y labios del bebé y evitar poco a poco el babeo. Veamos algunos consejos orientativos.
La necesidad de tragar debe ser iniciada por nosotros. Hacerle entender que debe cerrar la boca y tragar saliva. Teniendo en cuenta que el niño imita casi todo lo que ve a su alrededor, podemos indicarle que imite el sonido de absorber para que después trague. Una pajita para beber líquidos, incluidos los más espesos como helados o batidos, también contribuye a que el niño practique la acción de absorber y tragar.
Colocar alrededor de los labios miel o nocilla le anima a sacar la lengua para lamerse los labios, la cual ejercita de manera beneficiosa. Cuando el niño esté babeando, podemos, con mucha suavidad, apretarle un poco la nuez para ayudarle en la acción de tragar. Podemos acompañar esta acción diciéndole con dulzura «traga», ofreciendo doble ayuda sobre ello.
En cuanto al fortalecimiento de los músculos de la boca, la lengua y los labios, aquí exponemos unos consejos curiosos. Soplar pelotas de ping-pong o bolas de algodón colocadas encima de una mesa para desplazarlas sobre la misma. Hacer burbujas de jabón con una pajita, soplar un silbato. Podemos también colocar sobre un trozo de galleta o una magdalena algo dulce como azúcar o miel para que, con la lengua, pueda lamerlo y ejercitar este órgano.
Una piruleta ayuda al desarrollo de los órganos fonadores bucales, tanto si la chupa con la lengua como si lo hace dentro de la boca. Mascar chicle, morder frutas con diferente dureza, todo ello ayuda, pero con el control de un adulto, por supuesto. No podemos dejarlos solos con todo esto.
Unas simples acciones que pueden favorecer al desarrollo correcto de estos órganos. No olvidemos que se dan casos de niños que no dejan de babear hasta los 2 años o algo más, incluso. Evitémoslo. Es fácil. Sólo hay que divertirse con él y ayudarle al mismo tiempo.
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