Las críticas hacia el niño
Cada palabra que pronunciamos delante de nuestros hijos es absorbida por ellos y reflejada con el paso de los años de un modo que no podemos imaginar.
La mayor parte de los padres cometen el error de permitirse el lujo de entablar conversaciones con respecto al niño, que le involucran directamente, y no hacerle partícipe de dicha conversación, en donde, en más de una ocasión, se le veja y se le critica.
Hay que tener en cuenta que, por extraño que parezca, cualquier niño está más pendiente de una conversación si se le menciona constantemente. Cualquier pequeña alusión a unas notas, a un colegio, a una ‘amiga’ especial, o cualquier otro tema relativo a algún aspecto de la vida del niño, desencadenará un clic dentro de su mente que le hará focalizar toda su atención en la conversación.
Cada familia es un mundo, y existen padres que recurren a la alternativa de sacar al niño de la estancia donde se habla o, incluso, enviarlo a jugar fuera de casa. Sin embargo, tenemos que tener presente que esto no es beneficioso en ningún sentido.
¿Por qué no?
La imaginación de un niño es más poderosa y dura que cualquier palabra que pueda escuchar de nosotros. Si le inmiscuimos indirectamente en una conversación, y le apartamos de cualquier lugar donde nos pueda escuchar, comenzará a inventarse situaciones en donde saldrán a relucir los defectos que más teme.
Desde comenzar a considerarse inferior que sus hermanos mayores, a verse a si mismo como alguien cuyos defectos superan a cualquier virtud que pueda tener. La confianza de un niño la cimentamos nosotros desde su más tierna edad, y apartarle de cualesquiera que fueran las conversaciones no hará sino disminuir paulatinamente su confianza, tanto hacia él mismo como hacia nosotros.
No hay ningún tema que un niño no sea capaz de afrontar, por lo que hay que tratar todos los temas, haciéndole a él parte de la conversación, sin caer en humillaciones o en aspectos negativos.
Comentarios cerrados