Lectura en voz alta en familia: 7 errores a evitar con los niños

La lectura en voz alta en familia es un hábito que tiene un significado literario, cultural y afectivo. Es una propuesta intergeneracional, por ello, crea un contexto común que une a padres e hijos. Sin embargo, también es posible caer en errores que interfieren en el desarrollo y consolidación de una costumbre muy positiva.

1. Poca variedad de lecturas

Con frecuencia, el proceso gira en torno a un mismo tipo de obra. Sin embargo, es posible ampliar el campo de opciones con nuevos autores, temas y propuestas que conectan con los gustos de toda la familia. Aunque es habitual poner el acento en la elección de una obra que encante principalmente al niño, es posible seleccionar un título que, de algún modo, interese a otros miembros de la familia.

2. Mantener el ritmo de la lectura sin dar tanta importancia a la comprensión lectora

Leer no es un acto automático, sino consciente y reflexivo. Es positivo volver sobre lo ya leído para revivir algunos apartados del relato, repasar algún detalle o contrastar una información. Un buen ritmo hace que el proceso sea más dinámico, ameno y entretenido. Sin embargo, la conversación y la comunicación que giran en torno al texto son clave para alimentar el entendimiento.

3. Abandonar la lectura en voz alta de manera repentina

Con frecuencia, la práctica de la lectura en voz alta muestra un alto nivel de implicación y constancia en el entorno familiar en la fase inicial. Sin embargo, la inercia puede romperse de un forma gradual o repentina, sin encontrar un punto de retorno que propicie la continuación de esos espacios en familia vividos en torno a los libros. En ocasiones, la ruptura del hábito se acelera en el instante en el que el niño ya disfruta de sus propias lecturas en soledad.

4. Falta de atención en las pausas

El significado real de una frase puede variar de forma notable cuando la lectura no respeta las pausas que se integran en el texto. La prisa y la búsqueda de resultados, que también pueden trasladarse a la forma de interacción con los libros, inciden de manera significativa en esta cuestión.

5. Cuidar el proceso, pero ignorar el tiempo previo

La lectura en voz alta se vive como un proceso que comienza en la primera página. Sin embargo, existe una preparación previa que también puede vivirse en familia. Por ejemplo, puedes comentar con tu hijo la portada del libro seleccionado o visitar la biblioteca para elegir un nuevo cuento para vuestras sesiones literarias.

6. Olvidar lo esencial: disfrutar

Las familias pueden concretar sus propios objetivos de lectura en voz alta. Pero cualquier propósito debe alinearse con la meta más importante: disfrutar. Que el proceso sea creativo y entretenido es fundamental para alimentar y consolidar el hábito en los niños.

7. Una rutina muy rígida o excesivamente flexible para los niños

La lectura en voz alta en familia requiere de una rutina para integrarse verdaderamente en la vida del hogar. Pues bien, existen dos fallos frecuentes en la gestión del tiempo: una planificación excesivamente rígida no se adapta a las necesidades reales de la familia. Por ejemplo, puede ocurrir que sea necesario posponer el momento o dar prioridad a otro asunto en una jornada concreta. Del mismo modo, es difícil crear un arraigo en torno al hábito cuando las decisiones de lectura surgen a partir de la improvisación.

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