Hacer divertidos los platos que comen nuestros niños es una tarea más en el difícil arte de enseñarles a comer. Es seguro que con una presentación atractiva y original es más fácil que los pequeños no se aburran o, incluso, no se planteen si lo que están comiendo son las odiosas verduras o las aburridas frutas.
La ingesta de chuches es algo que va, inevitablemente, unida a la infancia. Una buena educación alimentaria va a ayudarnos a sobrellevar mucho mejor los caprichos y excesos en este tipo de 'alimentos' que no aportan ningún tipo de beneficio y sí, en cambio, bastantes perjuicios. Pero no siempre podemos evitar que nuestro pequeño renuncie a ese capricho, así que lo mejor es intentar ofrecérselo lo más sano posible.
Ya sabemos que una forma muy importante de comer es a través de la vista. Un plato sano, bien presentado nos dará, sin ninguna duda, una sensación de resultar más apetitoso que otro, con los mismos ingredientes, pero colocados de forma casual o desordenada. Y si eso nos sucede a los adultos, mucho más pasa con los niños. No es tanto el educarlos a base de charlas de la importancia de las verduras y las frutas como el presentarles un menú divertido que, ante sus ojos, les sugiera todo un deseo irrefrenable de llevárselo a la boca.
El mundo de la cocina, sobre todo para los niños, requiere de grandes dosis de imaginación donde podemos desplegar nuestras más divertidas artes para conseguir que los peques de la casa coman de forma adecuada. Unas patatas asadas, por ejemplo, pueden convertirse en unos divertidos ratoncitos que, seguro, les van a sorprender.
En varias ocasiones hemos hablado de lo entretenido que es para los niños ayudarnos en la cocina y hemos propuesto varias recetas para hacer con ellos. Además es una actividad que suele beneficiar a su alimentación, ya que comerán con gusto lo que han preparado. Como siempre recordamos que en la cocina las medidas de seguridad deben ser especialmente cuidadosas.
Todos fuimos niños y sabemos que no es lo mismo jugar que ver cómo juegan los demás. Por esta razón para que los chicos se interesen por la gastronomía hay que dejar que participen. Allí tocarán diferentes texturas, experimentarán sabores diferentes, verán cómo cambian de color los alimentos al cocinarlos y aprenderán qué ingredientes hacen los platos dulces o salados.
Que las zanahorias tienen un sinfín de propiedades beneficiosas para nuestro organismo, ya lo hemos contado en otras ocasiones. Es, además, uno de los primeros alimentos que introducimos en la dieta de nuestro bebé cuando ya empieza a comer sólidos. Pero puede suceder que, como todo lo que se relacione con el mundo de las verduras, ofrezca un rechazo, sobre todo cuando ya son más mayorcitos, por eso una buena idea es fabricar postres cuyo ingrediente principal sea la zanahoria, así las comerán sin rechistar.
La listeriosis es una infección producida por la bacteria Listeria Monocytogenes. Es una bacteria que existe en todo nuestro entorno, tierra, agua y aire. En general las personas no enferman aunque entren en contacto con ella, pero durante el embarazo, debido a los cambios hormonales, los fetos y los bebés recién nacidos tienen mayor riesgo de contraer listeriosis.
Ya os hemos hablado, en multitud de ocasiones de los beneficios de la verdura y, sin embargo, del rechazo, casi innato, que produce en nuestros niños. Puesto que deben tomarla a fin de que crezcan sanos, fuertes y equilibrados, lo mejor es enseñarnos a camuflarla, tal y como Belén nos contó hace unos días.
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