Ya estamos sumergidos, de pleno, en una de las festividades que más gusta a los niños, y no tan niños. El Carnaval ya anda asomándose por nuestro calendario, y en la mayoría de las ciudades españolas ya se están preparando actividades, desfiles y eventos que colmen de alegría a sus ciudadanos. Un elemento fundamental para disfrutar de estos días son los disfraces.
De todas las niñas que van a clase de natación con la mía, tan sólo dos utilizan culotte, culetín o la parte de abajo del bikini, como queraís llamarlo. El resto, y hablo de menores de 6 años, llevan bañador entero. Cuando le apunté pregunté por las normas, y la única es que deben llevar gorro en toda la zona de la piscina. Una medida higiénica que me parece de lo más normal, pero que me hizo temblar hasta que ví que los tiempos han cambiado. En mi época el gorro era el de nadador, casi incompatible con la melena por los tirones que daba. Ahora es más práctico y llevan unos gorritos que no dan tirones, fáciles de poner, que evitan que se salga el pelo pero no que se empape.
Con la llegada del buen tiempo llegan también los riesgos por la exposición al sol. Proteger la piel de nuestros hijos es muy importante para prevenir el cáncer de piel cuando sean adultos. Además de las lociones apropiadas a su edad y la ropa protectora, los niños deberían utilizar un gorro que les proteja la cabeza, cuello y hombros.
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