El problema más gordo con el que se encontró Marquitos fue hacer enfadar a su mamá ya que, de repente, se convirtió en una extraño objeto. Tan enfadada estaba que empezó a echar humo por la boca, como si fuera un dragón, y su nariz se transformó en un pitorro, al mismo tiempo que de sus orejas crecía un asa. De repente se quedó estupefacto cuando tuvo que recoger del suelo a su mamá que se había convertido en una tetera.
Detrás de este título bien podría haber una campaña de marketing perfecta, sin embargo, en realidad, "Cómo convertir a un niño en un genio" es el título de un libro escrito por el experto en educación Fernando Alberca. Este autor, explica en su libro que cualquier niño tiene dentro de sí mismo el potencial necesario para convertirse en un alumno excelente. En caso de un fracaso escolar, se debe encontrar la causa y saber motivar para lograr el cambio. El lado positivo de esta visión de la educación es que aporta esperanza, y especialmente, evita que a un alumno se le encasille en estereotipos que sólo hacen daño. Así sucede, cuando se utiliza el concepto “vago”.
Hay buenas costumbres que hemos ido inculcando a nuestros niños durante el año pasado y que vamos a seguir manteniendo durante este que acabamos de estrenar. Y una de ellas es el hábito a la lectura. Es posible que al principio le cueste un poco, pero seguro que si vamos insistiendo y escogiendo buenos textos adecuados para ellos, conseguiremos nuestro objetivo.
Nunca nos cansaremos de repetir lo necesario e importante que resultan los libros en el desarrollo emocional de nuestros niños. Buscar un buen texto que les llene de magia, les ayude reflexionar y haga vibrar las fibras de su, todavía, virtuoso corazón es una forma de asegurarnos una mínima estabilidad sentimental y creativa para su futuro.
Estos días vamos a tener tiempo para hacer de todo con los niños, incluso para tener ratos tranquilos en casa. En esos momentos podemos aprovechar para hacer alguna manualidad navideña. La que os proponemos hoy es muy sencilla y podrían hacerla ellos solos, una bola de nieve casera.
Ya estamos inmersos en pleno otoño y pronto llegará el frío invierno, hemos cambiado las tardes de paseo o de juegos en el parque, por el abrigo y la calidez del hogar, es lo que tiene no vivir en un verano constante para poder disfrutar al aire libre de todo lo que la naturaleza nos ofrece. Pero también esta época tiene su encanto y quedarse en casa puede ser una forma maravillosa de aprender y ejercitar nuestras habilidades.
Ya hemos contado en otras ocasiones lo entretenidas y divertidas que son las adivinanzas para los niños. Les hacen pensar, activan su imaginación y les ayudan a ampliar su vocabulario, al mismo tiempo que ejercitan la memoria, tan importante para aplicar en sus estudios.
Me encanta buscar recetas divertidas y originales para niños y por supuesto compartirlas. Hay papás y sobre todo mamás con mucha imaginación que son capaces de convertir cualquier plato en un entretenimiento para los niños y, sobre todo, en algo que les resulte apetitoso a primera vista. Hoy os contamos como convertir un simple yogur en una sabrosa playa para merendar. Además puede preparlo ellos mismos de comienzo a fin.
Ayer, paseando por el parque cerca de casa, vimos que los girasoles están ya muy altos. Son flores que llaman mucho la atención de los niños, primero por su tamaño y llamativo color, después cuando les contamos que de ellos recogemos las pipas que tanto les gustan y por último cuando saben que giran según la luz del sol. Esto último me costó explicárselo a mi niña, creía que le tomaba el pelo porque las flores no se mueven.