Científicos mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, están estudiando como afecta la luz a los bebés prematuros. Se trata de comprobar si la exposición constante a la luz, habitual en algunas unidades de neonatos, afecta a su desarrollo y si podrían beneficiarse si se facilita el ciclo luz-oscuridad.
Uno de los problemas con los que se encuentran muchos padres es la llegada de la hora de dormir a su bebé. Que aprenda a dormirse solito es una difícil tarea que no se aprende de la noche a la mañana. Por muchos métodos que los padres se empeñen en seguir, hay niños que lo consiguen antes que otros.
Sin duda, cada habitación de la casa tiene una finalidad diferente. Hoy, vamos a centrar nuestra atención en cómo se debe decorar la habitación del niño. Para empezar, conviene precisar que el elemento más importante de la habitación es la cama puesto que favorece su descanso. Pero en esegundo lugar, es fundamental no recargar el cuarto de muebles porque ocupan un espacio innecesario para el niño.
Si tu niño tiene insomnio es posible que no reciba suficiente luz natural durante el día. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio publicado en Neuroendocrinology Letters. La melatonina es una neurohormona segregada por el cerebro, que se sintetiza y se libera con la falta de luz. Los niveles más altos son antes de acostarnos.
Los ojos de los bebés pronto son capaces de distinguir los objetos de colores brillantes y los que reflejan la luz, y le llamarán mucho la atención. El arco iris es una de las expresiones más bellas de la naturaleza, pero no es fácil poder enseñárselo a nuestros pequeños, ni siquiera cuando sale porque suele hacerlo muy difuminado. Una buena alternativa, que seguro le dejará fascinado, es crear uno en casa.
Cada gesto que descubren, un mínimo parpadeo de asombro, ese evento en el que los hemos puesto especialmente elegantes o la simple sorpresa del día a día, merece ser conservada, no sólo en la memoria, si no también en las imágenes que, en forma de fotografía, nos van a acompañar durante toda la vida. La infancia, con respecto al resto de las etapas del ser humano, es tan breve y tan intensa, que no deberíamos perder un segundo en vivirla intensamente, compartirla con nuestros pequeños que, a la vuelta de cualquier esquina o, ante el soplo de un calendario, ya se nos han hecho adultos.
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