
En el Congreso Europeo de Cardiología se mencionó que existe un vínculo entre la obesidad de la madre durante el periodo de gestación y el riesgo cardiovascular para el bebé y para ella. El congreso estuvo a cargo de la Sociedad Europea de Cardiología.
El alto contenido de proteínas que contienen los alimentos para los lactantes pueden generar un aumento en el IMC y en la obesidad de los niños. Recientemente se llevó a cabo un trabajo en el Hospital del Dr. von Hauner, junto con la Universidad del Centro Médico de Munich y la Unidad de Investigación de Pediatría.
Son muchos los estudios e investigaciones que se están realizando durante los meses de gestación, con el fin de dar luz y entender ciertas enfermedades o comportamientos que se presentan en el ser humano a lo largo de su desarrollo, y que parecen no tener demasiada lógica. La mayoría de ellos se han centrado en los hábitos que la madre lleva a cabo a lo largo de este periodo, que resulta ser mucho más vital e importante de lo que podamos pensar y que influye, directamente, en el desarrollo del bebé y su salud en el futuro.
Las primeras ocupaciones de nuestro niño nada más nacer son las de dormir y comer. Durante los primeros meses veremos como nuestro pequeño pasa la mayor parte del tiempo sumido en un profundo sueño que, poco a poco, irá dejando paso a momentos en los que se encuentre más despierto y vaya explorando el mundo que le rodea. Así que no es extraño que, al menos en esos primeros días, sólo se despierte para tomar su alimento o reclamar un cambio de pañal.
Cada vez son más los beneficios que se descubren, tanto a corto como a largo plazo, de una sana alimentación durante el embarazo. Y no solo para nuestro propio organismo y futura recuperación, si no también para esa vida que se está gestando en nuestro interior y que, de forma directa, está recibiendo los dones o perjuicios de ese menú que elegimos para su desarrollo.
El problema de la obesidad debe prevenirse desde la guardería. Un trabajo realizado en relación al sobrepeso puede dar una idea de la naturaleza del mismo, los especialistas en la materia se encuentran preocupados de que el 12 por ciento de los pequeños de cinco años tengan sobrepeso.
Son muchas las informaciones, investigaciones y estudios que se realizan en torno a las enfermedades que pueden acarrear los bebés desde el vientre materno. Si bien muchas de ellas son genéticas, otras vienen marcadas, o al menos con más probabilidades de suceder, dependiendo del hábito diario de las madres. Y dentro de esas costumbres o rutinas tenemos la alimentación, mucho más importante de lo que a priori se cree.
Ya sabemos que la obesidad es una de las grandes enfermedades del siglo. Tanto la poca actividad física como los malos hábitos alimenticios están provocando que los niños crezcan con sobrepeso y limitados a unas enfermedades que se derivan de estas malas prácticas. Si bien en algunos casos puede tratarse de alguna causa genética, en la mayoría de los casos son estos hábitos que, por desgracia, se han impuesto en nuestra sociedad, haciendo que se llegue a unos niveles mucho más que alarmantes.