Tratamientos y pruebas médicas que no deben emplearse en niños (y II)
Ya hemos visto, en un artículo anterior, como la Asociación Americana de Pediatría ha elaborado un informe con el que alertar, tanto a los facultativos como a los padres, de los peligros que acarrean algunas pruebas realizadas en menores. A no ser que sean necesarias, y especialmente indicadas por el especialista, no se deberían llevar a cabo, ya que no compensan los riesgos que podrían acarrear.
De todos modos, la valoración siempre corresponderá a nuestro médico que sabrá valorar cuales son las medicinas o intervenciones que el pequeño necesita, ya que ningún caso es igual a otro. Generalizar en temas médicos es especialmente peligroso, por lo que, salvo a modo de información, debemos quedarnos con la opinión del experto.
- Escáneres para evaluar dolores abdominales leves. La radiación que emiten estos aparatos pueden causar problemas graves en el niño que está desarrollándose, de hecho vienen asociados directamente con el cáncer.
- Pruebas de cribado de alergias. Antes de someter a los niños a este tipo de pruebas, que en algunos casos son muy duras, debería tenerse en cuenta su historial clínico ya que no todos los casos que dan positivo lo son realmente.
- Medicamentos para bloquear los ácidos y reflujos gástricos. Cada vez son más los padres que empiezan a dar a sus niños distintas medicinas que evitan la acidez estomacal, los vómitos o los reflujos. Además de no curar, puede traer graves consecuencias a largo plazo.
- Cultivos de vigilancia para la detección de bacterias de la orina. Al parecer se ha demostrado que no son eficaces y suelen dar resultados equívocos.
- Monitores de apnea domiciliarios para bebés. Intentando evitar la muerte súbita, algunos niños son vigilados con estos aparatos que, según parece, no son tan eficaces como se cree.
Vía | Infosalus
Foto | Soy drogadicto