Poesía infantil: Los Tres Reyes Magos

Poesía infantil: Los Tres Reyes Magos

Escrito por: Sacra    3 enero 2010     2 minutos

Ya quedan muy pocos días para que todos celebremos la festividad de los Reyes Magos. Es un día muy especial ya que se une la magia, la sorpresa y la alegría, junto a la devoción y tradición que va prolongándose a través de los años. Es, sin lugar a dudas, el día de los niños por excelencia.

Por eso, la tarde noche que va desde el 5 de enero hasta la mañana del 6, se producen un buen número de actos tradicionales que, aunque pueden variar según la región de donde procedemos, los hay que son invariables. Ya los días previos son especialmente excitantes para los niños que escriben sus cartas con verdadera emoción, resulta curioso ver como, en la mayoría de los casos, alternan la petición de sus juguetes con las eternas promesas de que «me voy a portar mejor» o «voy a ayudar a mamá en casa», palabras que, a veces, acaban perdiéndose entre el misterio de una noche mágica.

Ya por la tarde del 5 de enero, cuando empieza a oscurecer, las calles se visten de fiesta para recibir la Cabalgata de Reyes que, más tarde, vendrá acompañada por un suculento Roscón al que acompañan algunas sorpresas, pequeños regalos para sorprender en una noche que ya empieza a tener sus propios componentes misteriosos.

Por eso, quizás, ese es el mejor momento para que enseñemos a nuestros niños un poema que habla de los Reyes Magos. Su autor es Rubén Darío, uno de los poetas más importantes en lengua castellana y que revolucionó el mundo de la poesía a principios del siglo XX, siendo el creador del Modernismo, corriente literaria que sirvió como guía a los autores que le precedieron.

LOS TRES REYES MAGOS

-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: la vida es pura y bella.
Existe Dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina estrella!

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!

-Yo soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la muerte.

-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la Vida!

Poema | Rubén Darío


2 comentarios

  1. APRIL dice:

    RUBEN LE FALTA MUCHA FANTACIA POR FAVOR PONLE MUCHA FANTACIA PLIS

    • Sacra dice:

      April, está claro que hay gustos para todos, pero no creo que a este poema le falte fantasía. Quizás es que hay que leerlo con el corazón de un niño. Un saludo.