Cuatro causas de la sobreprotección infantil
La sobreprotección no es positiva para los niños, pero tampoco lo es para los adultos. Este estilo educativo incrementa la dependencia mutua. La sobreprotección incrementa el círculo de la preocupación constante de aquel adulto que siempre observa una posible amenaza que despierta la alarma de la preocupación. Por tanto, esta predisposición ante la realidad no incrementa la tranquilidad y la felicidad, sino que aumenta el malestar porque la rumiación mental está en el origen mismo de este tipo de comportamiento.