5 ideas para educar a los niños en el valor de la amabilidad

La amabilidad es ese ingrediente que mejora la vida del ser humano, incluso, en situaciones difíciles. En la etapa adulta, es frecuente que la persona busque este bien en los demás cuando, en realidad, es importante que se dé este reconocimiento a sí misma. La amabilidad es un componente que alimenta de forma especial el universo infantil que está guiado por el acompañamiento. ¿Cómo educar en el valor de la amabilidad? En El Blog Infantil compartimos algunas reflexiones.

1. Educar a través de los vínculos construidos con el entorno

La idea de educar a los niños a través del ejemplo va más allá del lazo construido entre un progenitor y su hijo. Este último admira a sus figuras de referencia. Sin embargo, el adulto también puede transmitir la importancia de la amabilidad por medio de acciones cotidianas con familiares, amigos, vecinos, profesores y, también, desconocidos. La amabilidad brilla con luz propia en los gestos más sencillos.

2. Cuidar las cosas materiales

La amabilidad no solo se manifiesta en las habilidades sociales. La relación con el entorno puede mostrar el cuidado de aquellos bienes que tienen un valor práctico o emocional.

3. Contextualizar el significado de la amabilidad

La amabilidad es un ingrediente positivo, sin embargo, ser amable no significa buscar la aceptación constante o tomar decisiones continuas desde el deseo de agradar al otro. Existen desacuerdos, pequeñas tensiones, situaciones marcadas por la impaciencia y conflictos que evolucionan positivamente al compás de la asertividad. Y la educación asertiva integra la empatía, la escucha, las caricias emocionales y la amabilidad.

4. Viajes conscientes

Una escapada familiar alimenta la curiosidad, la observación de la belleza y la contemplación. Pero la amabilidad es un elemento positivo en la relación con el entorno. Una inspiración que puedes observar en el ejemplo de aquellos viajeros que disfrutan del destino. Pero lo hacen de un modo sostenible y responsable. De este modo, otras familias pueden seguir disfrutando del regalo de contemplar la belleza de ese escenario.

La naturaleza adquiere un protagonismo esencial durante una ruta de primavera o verano. ¿Y cómo integrar la naturaleza en la vivienda para transmitir el valor de la amabilidad a los niños? Ellos pueden colaborar en el cuidado de las flores y las plantas.

5. Historias narradas en primera persona

La perspectiva de una historia cambia en función del punto de vista del narrador. Muchos de los cuentos clásicos que han pasado de generación en generación tienen un narrador en tercera persona. Sin embargo, la narración de historias personales da voz a emociones, sentimientos y reflexiones que están vinculados con las propias vivencias.

Puedes transformar algunos de los momentos del pasado o del presente en historias que quieres contar a tu hijo para transmitir el valor de la amabilidad. Los relatos contados desde el «yo» tienen la fuerza del testimonio personal y conectan de forma especial con el interlocutor.

Por último, los libros son recursos educativos para educar en valores. Amables es un álbum ilustrado que muestra diferentes ejemplos de cómo integrar este ingrediente en el día a día.

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