Adolescencia: 5 razones para limitar el uso de la tecnología

El uso de la tecnología suele ser más frecuente en la adolescencia. Una etapa en la que el adolescente se identifica más con su grupo de iguales, busca su autonomía, explora nuevos retos y construye su propio espacio.
La tecnología, en esta etapa, puede ser muy práctica en relación con diferentes objetivos: mantener la comunicación con el grupo de amigos, encontrar recursos de apoyo en el ámbito educativo o tener una vía de interacción directa con los padres (cuando el adolescente está fuera de casa). ¿Pero por qué es recomendable limitar el uso de la tecnología también durante la adolescencia?
1. Alimentar la capacidad de atención y concentración
El uso excesivo de la tecnología se transforma en una fuente de distracción o en una ocupación que evita cualquier tiempo de inactividad o aburrimiento. Sin embargo, es esencial cultivar la capacidad de atención y concentración (no solo por los beneficios que esta perspectiva produce en el estudio y la vida académica, sino en otras esferas de la existencia).
2. El poder de mirar a los ojos
La tecnología interfiere en el plano de la comunicación, en una experiencia tan sencilla y cotidiana como mirar a los ojos de la otra persona. Sin embargo, mirar a los ojos de los amigos o los familiares impulsa esos vínculos afectivos desde la confianza, la cercanía, la humanidad, la verdad y el reconocimiento.
3. La tecnología también plantea riesgos
Se educa a niños y adolescentes desde el sentido de la prudencia para que eviten ciertas situaciones como, por ejemplo, confiar de forma incondicional y desmedida en un desconocido. Sin embargo, la tecnología supone un auténtico desafío porque desdibuja la percepción del riesgo y del peligro. A pesar de ello, a través de un dispositivo, los adolescentes no solo pueden abrir la puerta de experiencias muy positivas, sino que también están en conexión con algunos riesgos.
4. No normalizar el abuso o la dependencia
Existe la adicción a las tecnologías, sin embargo, el uso de las pantallas y los dispositivos está tan normalizado en nuestro tiempo, que los síntomas de esta dependencia, en ocasiones, pasan desapercibidos. Pues bien, establecer límites en la adolescencia es clave para mantener un vínculo saludable con la tecnología (frente al riesgo de dependencia).
5. Educar en valores
A través del uso positivo de la tecnología, también se educa en valores tan significativos como la responsabilidad. Y la educación en valores es una cuestión importante para las familias. Sin embargo, este enfoque puede potenciarse de múltiples formas. La tecnología se transforma en una oportunidad para transmitir este mensaje.
¿Por qué es recomendable limitar el uso de la tecnología en la adolescencia? Es una pregunta abierta que, en realidad, deberías responder desde tu perspectiva como padre o educador. La tecnología puede ser tan cómoda, práctica, accesible y directa que, en ocasiones, solo nos centramos en todas sus ventajas. Sin embargo, no conviene ignorar la funcionalidad y la perspectiva práctica.
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