La ansiedad en los niños

La ansiedad en los niños

Escrito por: El Blog Infantil    13 December 2018     5 minutos

La ansiedad es un estado mental que pueden sufrir tanto adultos como niños. En estos últimos, es fundamental tratarlo a tiempo y ayudarle a superarla

La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por presentar una gran inquietud ante un estímulo externo. Esta es una reacción que se presenta frente al peligro y en ocasiones a situaciones que resultan bastante difíciles para las personas.

La ansiedad no solo la sufren las personas mayores, también se puede presentar en niños. De hecho se empieza a manifestar a través de síntomas desde temprana edad, por lo cual siempre es necesario estar bien informado y tratar esta clase de trastornos a tiempo.

¿Cómo es la ansiedad en niños?

La ansiedad es una sensación básica de todo ser humano, y los niños comienzan a sentirla desde temprana edad, ya que muchos le temen a la oscuridad, a los monstruos y a los cuentos de terror, entre otras cosas.

Lo más normal es que estos síntomas desaparezcan conforme se desarrollan y descubren que gran parte de esos miedos son falsos. No obstante, hay ocasiones donde a pesar del desarrollo esta patología de ansiedad no desaparece.

En muchas ocasiones se ha señalado que los niños pueden sufrir episodios de ansiedad porque es una respuesta natural del sistema neurológico, aunque hay situaciones donde estos síntomas se vuelven incontrolables y aparecen con gran frecuencia.

Algunos de los primeros síntomas que se evidencian en los niños suelen ser dolor de cabeza o de estómago, mucha sudoración en las manos, aceleración excesiva de las palpitaciones e insomnio. Al presentar los síntomas anteriormente descritos, hay una alta posibilidad de que el niño tenga problemas de ansiedad. Afortunadamente esta patología es ampliamente tratable y el 95% de los casos el niño se recupera con normalidad.

Tipos de ansiedad que se pueden presentar en los niños

Aunque es difícil de creer la ansiedad a tempranas edades resulta ser muy común, y hay diferentes tipos que se pueden presentar:

Trastorno por separación

En diversas ocasiones los niños presentan un gran apego a sus padres o una figura en específica. Es aquí cuando muchas personas califican con normalidad que el niño, a la hora de separarse de ellos, tenga la necesidad del llanto. Precisamente, se aferra mucho a la idea de no querer separarse y se percibe una sensación de excesivo temor a quedarse solo. Y esto es un claro indicio de trastorno de ansiedad.

Normalmente los padres atribuyen esta clase de trastorno a que el niño solo tiene un temor de que esta persona no regrese, no volverlos a ver o simplemente el temor a estar solo. Pero al presentarse estos síntomas con mucha regularidad y si conforme el niño va creciendo no deja estos miedos atrás, será un claro factor de que sufre de trastornos de ansiedad por separación.

Trastorno de fobia social

Al desarrollarse los niños en un ambiente normal, tienden a relacionarse con otros niños o personas mayores, con las cuales se deberían desenvolver con normalidad. Pero en múltiples ocasiones los niños presentan fobias a estas situaciones.

Los claros síntomas que presentan esta clase de ansiedad son dificultad para relacionarse, miedo a hablar frente a muchas personas, hacer amistades y participar en actividades que requieran la interacción de mucha gente. Por lo general los niños que sufren este trastorno tienden a tener ataques de pánico al presentarse frente a esas situaciones, y tratan siempre de evadir cualquier situación por miedo a ser criticados.

Trastorno de ansiedad generalizada

Los niños que tienen este trastorno llevan la preocupación a otro nivel. Tienden a preocuparse por todo, y también tienen cierta incapacidad para relacionarse con todo tipo de personas, hasta grandes preocupaciones por no realizar una actividad con excelencia.

A pesar de que se considera algo cotidiano presentar preocupaciones, los niños que presentar esta ansiedad generalizada muestran estos síntomas en todo momento, lo que viene acompañado de una fácil capacidad de irritabilidad, incapacidad para dormir con normalidad y dolores generalizados o musculares en muchas ocasiones.

Cómo ayudar a un niño con trastorno de ansiedad

Lo más frecuente es que los padres siempre quieran darle apoyo al niño, y la manera más fácil que presentan en todas las ocasiones es alejar al pequeño de estas situaciones que le resultan incómodas, sin saber que esta acción hace que el trastorno avance más. La mejor manera para ayudar al niño es aconsejarlo y motivarlo a enfrentar cada una de estas situaciones de forma óptima. Es conveniente darle palabras de aliento y recompensas cada vez que realiza estas acciones de manera satisfactoria.

Otras de las sugerencias primordiales que se recomienda hacer a los padres en todo momento es mantener la calma frente a cualquier situación que genera ansiedad para ellos. Porque el niño siempre busca orientación en sus figuras paternas y tiende a imitarlos. Si los padres presentan ansiedad, es posible que esta sea transmitida al menor de inmediato.

Una manera muy efectiva también es guiar al niño a darse cuenta por sí mismo de que esta sensación de preocupación extrema interfiere con el desarrollo de su vida cotidiana o para realizar cualquier tipo de actividad con normalidad. Es necesario fomentar en todo momento las relaciones, dando apoyo para sustituir cualquier pensamiento negativo.

¿En qué momento deben buscar ayuda profesional?

Si al aplicar todos los mecanismos anteriormente descritos, la ansiedad no cesa de ninguna manera e interfiere con el sano desarrollo del infante, lo más recomendable es buscar ayuda profesional. Un especialista le guiará mediante una serie de ejercicios que ayudarán a salir de esta situación, ya que todos estos trastornos se tratan completamente y ayudan al paciente a salir de ella de una manera fácil y sencilla, para que esas excesivas preocupaciones no frenen el sano crecimiento.

Es bueno resaltar que todas las personas son propensas a sufrir estos trastornos en algún momento de su vida y se presenta con mucha regularidad en los niños. Por tanto, deben tener todas las herramientas necesarias para tratarlas al momento y garantizar una salud óptima.


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