¿Cómo cultivar la inteligencia emocional en la vida familiar?

El verano puede convertirse en una importante oportunidad de crecimiento y aprendizaje para familias con niños. Las vacaciones ofrecen un contexto diferente que alimenta una convivencia que avanza a un ritmo más relajado. Por esta razón, es un buen periodo para practicar, alimentar y desarrollar la inteligencia emocional en la vida familiar. En El Blog Infantil te proponemos cinco recomendaciones para reflexionar.

1. Humildad para aceptar los errores y las contradicciones

La práctica de la inteligencia emocional muestra su máxima expresión en la coherencia entre un mensaje verbal, el lenguaje corporal, la intención personal y los valores. Sin embargo, las contradicciones pueden ser habituales en este plano: decir algo y hacer lo contrario a lo indicado en un primer momento es un ejemplo de ello. Conviene afrontar la práctica de la inteligencia emocional como un proceso de mejora permanente, es decir, como una aspiración a tener en cuenta.

2. Visión de equipo (siempre en relación con el bienestar de cada miembro de la familia)

El individualismo puede interferir en la convivencia. Por el contrario, las decisiones que se alinean con la visión de equipo fortalecen el bienestar compartido. A su vez, la felicidad, la alegría y otros aspectos positivos del grupo se trasladan al plano individual. En consecuencia, repercuten en el desarrollo personal de padres e hijos.

3. El descanso también es clave para gestionar las emociones

El descanso es una de las necesidades vitales del ser humano. Los hábitos positivos inciden en la productividad, la concentración y la creatividad. Pues bien, conviene recordar que el descanso, uno de los objetivos más saludables del verano, también debe cuidarse y mantenerse durante el resto del año. Un buen descanso mejora la calidad de vida: fortalece la toma de decisiones, aporta claridad mental y refuerza la comunicación.

4. Autodiálogo positivo en padres y madres

Como figura de referencia para tu hijo, asumes una responsabilidad muy importante: educarle por medio de tu propio ejemplo. Y, como hemos comentado antes, no es fácil responder con empatía y comprensión en todas las situaciones. ¿Qué hacer cuando sientes que te has equivocado o que te gustaría dar marcha atrás en el tiempo para hacer algunas correcciones? Intenta que tu diálogo interno tenga un tono positivo, amable y respetuoso hacia ti mismo. Cuando tu voz interior te transmite paz y tranquilidad, puedes fortalecer la cercanía y la comunicación asertiva con tu pareja o tu hijo.

5. Encontrar momentos de felicidad en el caos

La vida familiar también puede producir cierta sensación de caos, incluso, en vacaciones. Más allá del deseo de planificar planes, momentos y horarios, la rutina marca su propio ritmo y su realidad. La vida familiar de una pareja con hijos puede ser un tanto caótica en algunas ocasiones. Pero es posible encontrar instantes de gratitud, orden y armonía porque la realidad refleja la belleza de los matices (más allá de la tendencia de interpretar lo que ocurre en términos absolutos).

Por tanto, es muy importante que la inteligencia emocional forme parte de la vida familiar a través de la comunicación consciente, los hábitos positivos, la colaboración, los valores, la educación, la crianza y la inteligencia social.

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