Cómo fomentar la colaboración de pareja en la educación: consejos
La colaboración es uno de los principios esenciales para impulsar un proyecto de vida en familia. ¿Cómo colaborar en pareja para educar y criar a un hijo feliz? En Uno más en la Familia te damos seis consejos.
1. Preguntas abiertas y comunicación sincera
No existe verdadera colaboración sin comunicación. Es esencial definir las metas en común, los valores y los pilares de la crianza. Algunas parejas presuponen que comparten los aspectos más relevantes sobre cómo quieren educar a sus hijos. Y, sin embargo, la formación de una familia pone en evidencia las numerosas diferencias que habían pasado desapercibidas hasta entonces.
2. Respeto y apoyo
Dos personas pueden educar a su hijo de forma responsable y coherente aunque tengan algunas opiniones diferentes. Lo verdaderamente importante es mostrar el apoyo hacia el otro a través de un enfoque colaborativo y el respeto a su punto de vista.
3. Organización de funciones y tareas
Colaborar puede presentarse como una expectativa teórica en una pareja. Sin embargo, para trasladar esa idea a la realidad, es esencial llevarla al plano de la experiencia. La planificación y la organización influyen de forma notable en la vida familiar. Por ejemplo, una pareja puede concretar acuerdos en torno al desempeño de tareas y funciones que se reparten siguiendo un criterio equitativo.
4. Búsqueda de acuerdos que potencian el bienestar del bebé
Generalmente, cuando dos personas buscan un buen acuerdo se enfocan en una estrategia que sigue el enfoque ganar-ganar. Pues bien, cuando este esquema se traslada a las negociaciones de pareja que giran en torno a cuestiones que tienen que ver con el niño, es importante que él y su bienestar se sitúen en el centro de la conversación. Más allá de los intereses individuales, las expectativas personales o la lucha de egos, lo más importante es el niño (que une a ambos en un mismo proyecto de vida en común).
5. Crear otros lazos y redes de apoyo
El nivel de colaboración no crece cuando una pareja se encierra en sí misma. Por el contrario, su resiliencia aumenta cuando teje lazos y redes de apoyo con otros miembros de la familia, amigos, así como con otros padres y madres. Las redes de apoyo se extienden más allá del ámbito afectivo o personal. La ayuda especializada también resulta esencial en numerosas ocasiones.
6. Enriquecer la educación con la experiencia vital de cada uno
Hay muchos conocimientos y habilidades que una persona puede aplicar en la educación y la crianza de su hijo. La inteligencia emocional, los valores que se actualizan con el tiempo y la experiencia vital suponen un importante valor para las familias. Sencillamente, porque las parejas pueden complementar las lecciones que han adquirido a partir de sus vivencias individuales y compartidas.
Es importante fomentar el valor de la colaboración en la educación de los hijos para mantener este punto en común, incluso, si se produce una separación o un divorcio. A partir de ese instante, aunque el amor llegue a su fin, la responsabilidad compartida permanece.
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