¿Cómo potenciar el hábito del orden en niños y adolescentes?
El orden es un valor al que cada persona concede un significado específico. Y es que, el equilibrio y la medida en la búsqueda del sentido del orden también son positivos. Sencillamente, un control excesivo en relación con esta cuestión puede incrementar el sufrimiento, la obsesión por la perfección y la tensión. Desde una perspectiva positiva, un entorno ordenado mejora el bienestar, la convivencia familiar y la calidad de vida. El orden repercute en la estética, la decoración, la organización, la interacción con el espacio y el confort. ¿Cómo transmitir el valor del orden a niños y adolescentes?
1. A través del ejemplo
El elevado grado de responsabilidad que los progenitores tienen en la educación de sus hijos se percibe claramente en el rol que desempeñan. No es fácil ser un modelo a seguir, ya que esa referencia se alinea con el poder real del ejemplo personal. Un ejemplo que, en relación con el hábito del orden, remite a acciones y tareas que se alinean con el cuidado del espacio.
2. Incidir en la importancia del orden ante el estudio: organización del escritorio
La enseñanza en torno a la importancia del orden en la infancia y la adolescencia se enmarca principalmente en aquellos espacios que son importantes para los niños o los adolescentes. Por ejemplo, el dormitorio, la zona de juegos, el escritorio, el rincón de lectura, un espacio creativo destinado a diferentes aficiones…
3. Comunicación en positivo: reducir las discusiones en torno al orden
El desorden puede convertirse en motivo de conflicto familiar cuando es recurrente. Sin embargo, es aconsejable que esa circunstancia no sea un foco de conflicto habitual. Conviene establecer objetivos, prioridades, responsabilidades, hábitos y rutinas de forma clara.
4. Creación de un entorno práctico alejado del exceso o la acumulación de cosas
El orden en un espacio es más difícil de mantener de forma objetiva a largo plazo cuando el exceso de objetos y materiales se convierte en el punto débil de la decoración de un espacio. Para evitar esta tendencia hacia la acumulación de cosas superficiales o innecesarias, conviene revisar las estancias comunes e individuales para dar el seguimiento adecuado a cada una de ellas.
5. Transmite valores vinculados con el orden más allá del hogar
El orden es un valor que no solo se enmarca dentro de la vida familiar en el hogar. Puedes educar a tu hijo en el orden a través de recomendaciones tan básicas como la importancia de mantener las calles limpias a través de un correcto uso de las papeleras.
Recuerda que el orden tiene un componente subjetivo. Es un aspecto que conviene valorar, especialmente, durante la adolescencia. Y es que, en esa etapa, el hijo pasa más tiempo en su propio espacio. Y es importante respetar ese entorno que representa tanto para él.
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