Complementos para la alimentación infantil: el Polen

Complementos para la alimentación infantil: el Polen

Escrito por: Sacra    10 mayo 2010     2 minutos

A menudo suele ocurrir que pasamos por épocas especialmente tensas, faltos de energía o con grandes altibajos emocionales que acaban pasándonos factura en nuestro organismo. Estas carencias no sólo ocurren en el mundo de los adultos, también nuestros niños tienen que lidiar, cada día, con un buen número de emociones distintas, responsabilidades nuevas y cargas excesivas que pueden causar estragos, no sólo emocionales, si no también físicos.

También se pasan épocas en la que perdemos el apetito o nos sentimos especialmente vulnerables con los agentes externos: virus, bacterias o cualquier manifestación, pequeña o grande, que nos impulsa a caer enfermos casi de forma inevitable. Es por esto que nunca está de más echar mano de los complementos alimenticios. No debemos olvidar que el organismo de nuestros niños está en pleno desarrollo y necesitan mantener sus energías al cien por cien.

El polen es un alimento rico en proteínas y vitaminas, es totalmente natural y lo podemos encontrar en cualquier herboristería o tiendas de alimentación dietética. Se presenta, generalmente, en frascos que contienen bolitas de diferentes tamaños y colores puesto que se trata del polen recogido por las abejas de distintas flores, de ahí el cambio de color y, también, de sabor.

El polen nos puede servir como un suplemento alimenticio en estados carenciales de vitaminas o proteínas, favorece el crecimiento en los niños y, para aquello inapetentes, les abre el apetito. Está muy indicado para las anemias ya que aumenta, considerablemente, el número de glóbulos rojos. Además es un potenciador de energía en aquellas épocas de apatía o desánimo. Ayuda también a recuperarse tras las intervenciones quirúrgicas y es un escudo excelente ante los resfriados o gripes.

El momento ideal para tomarlo es durante el desayuno. Para niños de 2 a 8 años la dosis ideal es una cucharadita de postre al día, bien sola o acompañada de un poco de zumo de naranja. Para niños mayores y adultos con una cucharada sopera es suficiente.

De todos modos, como siempre nos gusta aclarar cuidar de nuestra salud y la de nuestros hijos no es un juego. Antes de cualquier ingesta, sea natural o no, es necesario consultar con los profesionales sanitarios o nutricionales, ellos sabrán aconsejarnos debidamente.

Vía | Edukame
Foto | Lilia1971